Mencionábamos el otro día la temporada 2009, y también la 2014, vamos, que la que estrenamos en unos meses no nos pilla de nuevas a los que tuvimos la suerte de vivir las citadas a una edad en la que se puede argumentar «recuerdo» porque realmente recuerdas, que nos entendemos.
El caso es que no estuvieron mal pero tampoco resultaron ser lo que nos habían venido vendiendo, ni por aproximación. Había, eso sí, menos presión ambiental que ahora, seguramente porque Twitter era Twitter y teníamos a los eternos influencer de cabecera y poquito más, ya que con un Sabio de la Montaña nos bastaba y sobraba y se contaban con los dedos de una mano los que habían visto la F1 en el rocódromo de Piedradura, compartiendo grada y paddock, o eso decían, con Pedro Picapiedra y Pablo Mármol.
Echando la vista atrás todo aquello me produce una ternura tremenda. Éramos Juan Palomo en redes y blogs, tratábamos de descubrir y entenderlo todo y todo nos lo guisábamos sin que viniera un listillo a aguarnos la fiesta, que venían, aunque nos los quitábamos de encima a patadas si hacía falta.
Hoy a la vista está que hemos perdido toneladas de tolerancia y sentido del humor, y, en consecuencia, somos presas fáciles para los reproches a cuenta de pijadas, o, peor aún, reos de una dosis diaria de moralina sin cortar, con lo peligrosa que es la moralina pura.
Que si no somos conscientes del doble salto mortal sin red que va a realizar la actividad para adaptarse al nuevo Reglamento; que si somos unos desagradecidos con el esfuerzo de quienes curran de lo lindo para acercarnos la enjundia de tanto cambio; que si somos unos desaprensivos de caca porque sólo parece interesarnos la farándula de la F1; que si vaya apasionamiento del carajo si nos sorprenden el comportamiento de la FIA o las carreras políticas de los equipos por pasillos y despachos...
En fin, yo diría que muchos estamos haciendo la de Santo Tomás: esperar a ver cómo va quedando la cosa en verano para irnos haciendo una composición de lugar, y el resto... pues el resto, perdidito entre tanto personaje como hay suelto que sólo quiere que le hagan casito.
Os leo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario