No sirve de mucho visionar Apocalypse Now cuando nos hemos insensibilizado tras varias décadas consumiendo atrocidades prácticamente a diario...
En fin, se comenta que la de Vietnam fue la primera guerra televisada y que esa fue la causa principal de la derrota norteamericana. La mandanga del Golfo de Tonkin no fue relevante. Tampoco lo fue la acumulación de casi cinco millones de víctimas durante un conflicto agotador que se saldó con cerca de 60.000 sacos negros con cremallera que volvieron a casa, con miles de tullidos y afectados que fueron tratados como mierda en casa, y con más de 1.500 soldados USA (críos la mayoría) que se dieron por desaparecidos en combate desde casa; lo importante, mira tú por dónde, fue que hubo alguien para contarlo y, obviamente, la bendita opinión pública.
No me enredo. Se pongan como se pongan los abundantes mamporreros y apasionaditos que necesitan el pase paddock como el comer, Liberty no es una ONG que lo da todo por nosotros y qué más quisiera ella que que poder satisfacer nuestras necesidades como aficionados. Se metió en la Fórmula 1 porque la vio rentable, y prometió cosas, incluso cosas que sabía que no iba a cumplir. Nos ha engañado, y si hay algo que puede exonerarla de responsabilidad es que nos hemos comportado como una panda de pardillos creyéndola.
Aquí que cada santo aguante su vela —los de la vaselina también—, pero la verónica ejecutada sobre los entrenamientos en Montmeló suena a lo que suena, porque si es aceptable y bueno que Bahrein haya puesto más pasta por la exclusividad de los test, dada la penuria que atraviesa el negocio, resulta igualmente aceptable pensar que alguien ha podido poner más dólares sobre la mesa con tal de asegurarse un Mundial de Constructores y Pilotos, y que si el tema no ha salido como estaba pactado, legítimamente puede estar reclamando la cabeza del responsable...
Escribí que «perdíamos todos» el pasado 12 de diciembre, un par de horas después de haber concluido el campeonato 2021 y una vez abierto el debate sobre el final de Abu Dhabi, y a comienzos de febrero de 2022 todo sigue igual o peor. Liberty Media no quiere testigos en el estreno de la normativa y está supeditada al dinero, mal asunto cuando se quiere pasar por creíble.
El Coronel Kilgore se habría ciscado en la madre que parió a quien visó con su firma la enésima porquería que nos salpica ordenando a sus hombres hacer surf porque buscar la belleza es lo único que merece la pena en este asqueroso mundo. «… Juzgar es lo que nos derrota», afirmaba en algún lugar perdido del metraje. La FIA debilitada por el reciente cambio de presidencia y Liberty narrando una de hazañas bélicas a través de sus entregaditos... ¡Que os crea vuestra puta madre!
Os leo.
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