Siento una atracción natural por la gente que se expresa con el gesto, con las manos, los ojos, el cuerpo entero además de la boca. La de simpatizar con aquellos que como yo no saben dejar suelta una palabra sin apoyarla con un movimiento de los dedos, un alzamiento de ceja o un fruncimiento de ceño, es una manía vieja que tengo. Hay algo de compadreo en esto, y por eso mismo me agrada el tipo que charla con Pedro en la foto, porque Don Emilio se hace escuchar con todo lo que tiene a mano, ya sea un traje gris y cara de pocos amigos en una junta de accionistas, ya sea una sonrisa campechana y sombrero con cinta roja en cualquier hueco del paddock.
Otra de mis extravagancias más arraigadas consiste en la prevención atávica que muestro a trabar negocio de ningún tipo con aquellos que como yo van por la vida de encantadores de serpientes. Llamadlo exceso de precaución, pero sé cómo puedo gastarlas y no me gusta que puedan gastármelas a mí, y la cosa viene de mi condición de autónomo y de tenérmelas que ver cada mañana con mi consejo de administración en el espejo, recién levantado, con las legañas puestas y el pelo revuelto, cuando no caben artificios y tienes la obligación de ver en el otro si te estás mintiendo como un bellaco o viene de buena lid a la hora de decidir cosas tan importantes como si el día va a ir bien o va a ir mal, si vas a triunfar o a morder el polvo.
Por ello Don Emilio me parece amable pero un tipo peligroso, porque todo en él significa algo, incluso los silencios. Y ahí le tenemos, habiéndose convertido en pocos años en uno de los reyes del mambo sin que apenas nos hayamos dado cuenta…
Su coloso comenzó poniendo los colores en McLaren y patrocinando algunos grandes premios. Fue aquél un momento extraño en el que yo mismo le reclamé algo más de compromiso sin percibir que estaba jugando con vistas a un futuro algo más alejado en el tiempo que el que permitía ver mi acostumbrada miopía, y que está dotado de la paciencia que distingue a los tocados por la vara mágica del triunfo. Hoy camina por un territorio que le reconoce y le rinde pleitesía, porque cuando la banca ha comenzado a retirarse de la F1, él avanza en su interior como Lawrence de Arabia por el desierto, pues no hay que olvidar que es buen momento para hacer inversiones, para asumir riesgos calibrados y asequibles, y para abultar de paso la cuenta de resultados en términos de imagen.
Poco a poco el símbolo del Santader se ha hecho cotidiano en la F1, incluso desterrando hermosos trofeos de los podios con el beneplácito de las organizaciones. Toca dar un paso más y ya hay propuesta: la marca de marras sería trasladada de Gran Premio en Gran Premio durante toda la temporada, desde su principio a su fin, un poco como hace la llama olímpica recorriendo el mundo anunciando el inminente inicio de las olimpiadas…
Llevo tiempo reclamando mayor compromiso de los patrocinadores, pero tampoco se trataba de esto, porque si mal está que los gobernantes de la F1 la hayan dejado que no la reconoce ni la madre que la parió por no entender que además de negocio es un deporte, peor está que las empresas entren como elefante en una cacharrería porque la coyuntura lo permite, aplicándose a borrar todo vestigio de lo que una vez fue y ya jamás será.
Ya tenemos Liga BBVA o Coca-Cola Championship en fútbol, ¿por qué no Santander Championship of F1? ¡Al tiempo!
5 comentarios:
Que tiemblen los alemanes de la F1. Cuando los españoles llegan a un deporte de motor, es para quedarse y, en la medida de lo posible, dominarlo. Ahí está el motociclismo.
Buenas tardes
Además a tio Emilio (por lo de tito Ron, Tito Bernie etc) los acontecimientos se lo han puesto a huevo. Me explico: si el paseo de la marca Santander por el padock produce pingues beneficios, las noticias de nuevos patrocinios producen muchos mas beneficios.
El desembarco en McLaren, ahora en Ferrari, dejarse McLaren pero cojerlo con la sucursal de Inglaterra, ahora patrocinar a PDLR (que mal queda esto) con otro banco. Todas estas cosas generan noticias que le ayudan en su busqueda de la rentabilidad por eur invertido en publicidad, cosa que con la unión Ferrari/Alonso han multiplicado.
Pero, ¿y lo de Pedro? da igual, también hay que darle alegría al cuerpo de tanto en tanto. Aunque no da tantos beneficios, da prestigio.
Saludos
¡Bien visto!
La pena es que en toda esta euforia SEAT haya tenido que decir adiós al WTCC después de dos años gloriosos.
Por cierto… Donnelly fuera. ¿Para cuando Mr. Wit-ing? ¡Vamos Jean! Antes de que nos gaste otra broma pesada redactando agujeros negros en los reglamentos de 2010, o antes de que se ponga la nariz de payaso y se líe a hacer carambolas con el SC.
Saluti a tutti!
"Santander Championship of F1"
Menos mal que seguramente tio Bernie no lea este blog, porque seguro que la idea le gusta. Me puedo imaginar el safety car con colores corporativos de una gran compañía y a Charli Wit-ing sacando el coche cada carrera por motivos publicit er.... por razones de seguridad.
En la nascar cuando alguno se escapa lo sacan porque si...
Buenos días.
Aficionando ;) Dios te oiga y podamos ver dentro de unos años lo mismo que disfrutamos en el mundo de las dos ruedas.
Tadeo ;) Ahí le has dado, prestigio, imagen de prestigio y globalizada a caballo de un deporte que va de prestigioso por la vida.
J-Car ;) Jean está descabezando a la serpiente a poquitos, sin que se note demasiado, sin estridencias... Charlie «se jubila» pronto, ya verás XDDDDDD
Winarthez ;) XDDDDDD Sinceramente no apostaría un euro a que no se haya planteado ya esa posibilidad XDDDDDD
Un abrazote
Jose
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