jueves, 18 de abril de 2024

El sol que más calienta


Mañana toca madrugar y el sábado aún más. No es una cosa que me preocupe excesivamente, pero sí me apetecía anotarlo a estas horas de un jueves de mediados de abril en que, lo juro, lo último que tenía pensado era volver a escribir en Nürbu, ya que la realidad deportiva anda bastante amodorrada y se ve que los halcones no tienen buenas hormigas a las que arrimarse, un decir.

Mal que queramos la peña responde a las encuestas de preocupaciones o de intención de voto conforme a los titulares de la prensa. Era así en 2007 y, desgraciadamente, sigue siendo igual en 2024 —anda que no hemos hablado de este tipo de performance—, porque Dios proporciona frases sueltas a los medios y son estos los que las afinan como la fiscalía le hacía al ministro Fernández Díaz...

Nada nuevo bajo la sombra de El Señor, para qué vamos a engañarnos, aunque sí me merece la pena recordar a nuestros especialistas del motor, otro decir, que Max ha pasado de ser el niño mimado de la F1 cuando el tinglado lo gobernaba Bernie, a poco menos que un apestado a partir de que Liberty tomara el timón...

Heineken precisaba de una estrella holandesa [Ecclestone atribuye a Verstappen el mérito de atraer a Heineken a la F1], y hasta ahí ya llegamos puesto que la proyección de la F1 en España también necesitó de una estrella española, vamos, que conocemos de sobra la dinámica por la que se encumbra a determinados héroes apañados. El caso es que, por diferentes avatares, Verstappen y Alonso no son el ojito derecho de los medios. El español porque supuestamente culminó su ciclo en 2006, y el neerlandés porque, supuestamente también, debería haber cerrado el suyo en 2021 o antes.

El caso es que ni uno ni otro han dejado de demostrar su enorme calidad en pista, lo que nos pone en el qué cojones hace la prensa especialista mirando siempre para otro lado. Que, a ver, entiendo perfectamente que hay que cumplir con la escaleta, porque, a fin y a cuentas, viene firmada de arriba, pero, ¡coño!, que los aficionados lo vemos cada fin de semana de Gran Premio y con nuestros propios ojos. Ambos son fenómenos, cada uno en su correspondiente esfera, pero si la percepción generalista tiende a minusvalorarlos frente a consagrados como Vettel o Hamilton, me digo que, al menos, el cambio de óptica ante hechos similares merecería siquiera una explicación.

Sé que no me la van a dar ni me la vais a dar, pero me consuela pensar que igual alguno responde: ¿El Verstappen de la era Heinekken era sustancialmente mejor que el de 2020 a esta parte? ¿Es igual, pero el GOAT tiene más peso político, con lo poco que le gustaban a Mercedes AMG los pasillos y despachos? ¿Somos gilipollas o continuamos confirmando a Tezanos que, sin los titulares del ABC, El Mundo, El Español o Al Rojo Vivo, no sabemos ni por dónde nos da el aire...?

Al dictado de la Motorsport y la Autosport poco podemos hacer. A Verstappen jamás le daremos lo que en justicia se merece porque, como sucedió con Alonso a partir de 2007, las prioridades son otras y nuestros medios de cabecera siempre se arriman al sol que más calienta.

Os leo.

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