sábado, 27 de abril de 2024

Cuidaré de los tuyos


Nos están convirtiendo en episodios de una mala serie de televisión, en pordioseros que mendigan por el mero hecho de existir. Huelo desde el patio el aire cargado de salitre y recupero la cordura, un instante, y recuerdo que nacimos dioses y con la edad lo hemos ido perdiendo todo porque nunca creímos en que nuestras alas nos permitirían volar.

Hoy, 27 de abril, quiero dedicar estas líneas a una de esas personas que plantaba árboles aun sabiendo que su sombra jamás la protegería del sol, que dejó tras de sí un generoso linaje del que me siento especialmente orgulloso.

Me preguntan algunos anuncios que qué hago si después de generar contenidos para Internet no gano suficiente dinero, y pienso, en primer lugar, en el escaso rendimiento que ha sacado al esfuerzo que hicieron sus padres, la mente privilegiada que ha dado forma al argumento del spot, y después, en que, a fin y a cuentas, no hago otra cosa que lo que quiero hacer: abrir en cada texto espacio a la ternura, a las mariposas y los corazones, a que los demás recuerden que disponen de alas pues sé perfectamente para qué sirven las mías.

Es tiempo de recordar, de acariciar de nuevo la piel que quería irse, de llorar sin pedir perdón, de dejarse mesar el cabello por los dedos de quien lo era todo y lo seguirá siendo por siempre jamás...

Brindo por ti, querida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravillosa entrada Jose
(Porque no todo es motor en esta vida)
Salu2