Un día grande [Montmeló]

A la FIA se le ha pasado por alto que a Fernando le nombraron hace poco Embajador Honorífico de la Marca España, y por ello, por puro desconocimiento, le han llamado a declarar por haber recogido una bandera patria para pasearla al viento mientras daba la vuelta de honor tras haber vencido en Montmeló, símbolo que ha posado delicadamente sobre el atril con el número 1 después de aparcar su coche. Es decir que ni ha pasado por el pesaje del vehículo con ella ni se le ha ocurrido al asturiano meterla en el habitáculo para ganar con ella algo de peso.

Adviértase el matiz, porque la FIA no entiende de estas cosas tan sutiles. Regula con el culo para luego ajustarse a norma y pasar por estrictamente legal y puntillosa, y celosa, cuando dicta sentencia. Como ayer, que a Felipe y a Esteban les caían tres puestos de sanción en la parrilla por entorpecer a Mark y Kimi respectivamente, cuando a este último le caían cinco de penalización por haber entorpecido a Nico en China.

¿Alguien lo entiende...? No hace falta, demos gracias a Dios porque la FIA se entretenga con estas chorradas y no atienda a mandar a tomar por saco a Pirelli porque no sabe hacer compuestos blandos (¡anda, como Bridgestone!), y siga tomándonos el pelo día sí y día también; porque no es por nada, pero hoy ha sido Jean-Éric Vergne quien se ha quedado sin banda de rodadura en su neumático trasero, y este es un problema que ha afectado en las cinco carreras que llevamos y que yo sepa, a los superblandos, a los blandos, y tras la experiencia de hoy del de Toro Rosso, a los medios. ¡Tela!

Pero vayamos con la carrera que seguro que Paul Hembery manda a sus chicos a buscar alguna razón sobre el circuito catalán para explicarnos lo inexplicable, tal que un sello, una bolsa de plástico, algo de cartulina o una piruleta bien lamida que haya podido provocar tamaño desastre, o incluso otro trozo de goma de esos que iban soltando los monoplazas cuando el graining ha ido haciendo de las suyas.

En fin, a lo que iba, la prueba ha estado entretenida, pero ha sido fundamentalmente porque hay dos tipos que entienden de gomas como nadie (no se admiten bromas): Fernando y Kimi. Polos opuestos, sin duda, pero capaces cada uno de ellos de extraer de esas cosas negras que llevan los coches en los costados, lo mejor que tienen.

Sebastian Vettel ha sido víctima, tando de los compuestos de su RB9 como de la estúpida estrategia que ha elegido para él Red Bull. Mark Webber, lo mismo. E ídem de ídem para el resto de la parrilla, que del tercero al último se han ido degradando al ritmo que se degradaban sus neumáticos. Los Mercedes AMG, por ejemplo, han desaparecido del mapa porque los W04 no cuidan las gomas. Los McLaren, otro ejemplo, no han hecho nada en Barcelona no porque el MP4/28 sea un mal vehículo, sino porque no se lleva bien con las gomas. A los Sahara Force India, hoy, se les han atragantado los medios y los duros. Etcétera, etcétera, etcétera.

La carrera ha estado bien y entretenida porque la incertidumbre siempre supone un buen ingrediente para asegurar el espectáculo, y al parecer es eso lo que quiere la FIA y lo que propone Pirelli. Muchos pasos por garaje, mucho ruido, pero en el fondo, pocas nueces, y de estas últimas, las únicas que han valido la pena, han sido las ofrecidas por los tres hombres que se han subido al podio para celebrar el cumpleaños de don Stefano, y es que esta semana cae algo sobre Felipe Massa, os lo juro, ya que hoy se ha ganado con creces que le renueve el cariño que le profeso.

Si os apetece leer más sobre todo esto, os recomiendo el artículo para Diariomotor que he escrito esta misma tarde. Es casi noche, ha sido un día muy grande, y sinceramente no doy para más a estas horas.

Os leo.