Nessy

Lo he comentado a cuenta de mis estimaciones ocasionales sobre la Ferrari presente, la misma que sigue dando palos de ciego buscando una salida del túnel, y por ello cabe meterlo aquí de nuevo: el tamaño, en F1, me preocupa.

Puede ser que sea porque soy chiquitito, porque mi mundo es pequeño, porque me gusta que lo sea para tenerlo al cabo de la mano si surge una incidencia, pero el caso es que veo con mucho recelo a los grandes porque son costosos de mantener y difíciles de levantar si se vienen abajo, y en nuestro deporte mis precauciones y cautelas se ven respaldadas cada vez que una de las escuderías señeras comienza a tropezar o a mostrar fatiga. Por suerte para Fernando, si es que al final acaba vistiéndose de rosso, la de Maranello inició su particular descenso a los infiernos cuando Michael Schumacher y Ross Brawn la abandonaron, y si me apuráis, algo antes, porque si no, dudo mucho que se hubieran ido. El caso es que entre unas cosas y otras ya lleva unos añitos en el pozo y eso me permite ser optimista ante la posibilidad de que llegue el asturiano, pues si lo hace, la cosa dudo mucho que vaya peor de lo que va; y no, lo de 2007 (títulos de marcas y pilotos) y 2008 (sólo marcas) no vale un pimiento porque se debió a que otro dinosaurio comenzaba a dar tumbos y perder el equilibrio.

Obviamente, a estas alturas de la lectura ya os habréis dado cuenta de que no estoy hablando del emblemático Nessy, sino de otro ejemplar de dinosaurio.

McLaren está cayendo a plomo. En realidad lo lleva haciendo desde que se marchara Mika Hakkinen, pero definitivamente se ha notado a partir de que decidieran triturar al Nano y robarle el asiento a Pedro para recibir en bandeja de plata al hijo de Anthony Hamilton. Puede haber divergencias sobre lo que opino, pero el hecho incuestionable es que perdieron los títulos de 2007 por auténtica miopía en los planteamientos, y que en 2008 volvieron a cometer parecida o mayor cantidad de errores, aunque hay que reconocer que tuvieron algo más de suerte.

Pero ha llegado 2009 en plan revanchista divino y ha puesto las cosas en su sitio. Y es que visto lo visto hasta ya mismo, la estrategia deportiva o lo que sea que llevan entre manos en McLaren, resulta estúpida y totalmente inadecuada para una escudería que aspira a lo más alto. Dos pilotos, de los cuales uno es un ególatra de tomo y lomo, redomado en sus cosas y en su testosterona, inexperto, y para colmo con aspiraciones mesiánicas; y el otro, saliendo del garaje cojo o manco, según se tercie, con tal de que su compañero siga brillando. No, no me parecen un equipo humano de elite. ¿El coche? ¿Qué queréis que os diga si hasta anteayer todavían seguían pintado algunas de las zonas de su carrocería para ver por dónde le daba el aire? ¿Y las cabezas pensantes…?

Esta es buena, porque sobre los dirigentes que manejan la herencia de Bruce me gustaría comentar que tal y como está pintando todo, parece que Ron Dennis quiso dejarle a Martin Whitmarsh un despeñadero en vez de un equipo —ahora que suenan flautas sobre su regreso incluso podría ser que sí, que así hubiera sido realmente—. Y es que lo de Dennis daría para un libro, porque tras suponérsele detrás de las filtraciones a la prensa donde pudimos hacernos una idea de cómo pasa el tiempo de solaz y descanso el bueno de Max, va Ron y se va, y ahora que el de los latigazos en el trasero dice que no renueva en el cargo, parece que vuelve.

¡En fin! El año que viene Pedro Martínez de la Rosa, alma de la retaguardia y la puesta a punto de los vehículos británicos durante muchos años, se va a terminar su carrera profesional en Campos Meta. El coche actual no tira y los ingenieros deberán comenzar con el nuevo prácticamente de cero. Mercedes-Benz está escaldada y mira con mejores ojitos a Brawn GP. El simulador ha mostrado lo que da de sí, delatando que no puede suplir unas buenas manos ni un buen cerebro al volante. Heikki será sustituido, eso dicen, por Nico Rosberg, quien sí tiene algo de experiencia en comprender monoplazas y en batirse el cuero por mantener la plaza… Y la vida continúa, o parece que lo hace, mientras al dinosaurio le presumo dos años más de calvario antes de tocar el suelo.

Total, que creces, creces, te llevas a la Reina de Inglaterra a que bendiga Wocking, te apropias de parte de la historia de Mercedes-Benz bautizando a tu coches como flechas de plata, y en cuanto te descuidas la cruda realidad hace el resto.

Pago por ver lo que tarda McLaren en levantarse.¡Con lo bonitos y manejables que son los paraísos pequeños!