miércoles, 18 de junio de 2025

Chicos malos


Vale, va, se me está quedando cara de Clint Eastwood en Gran Torino...

Si ya estaba malita la cosa con la presión corporativista que amenaza desde hace décadas con arruinar hasta el último cimiento de nuestro deporte, ahora arrecia en redes sociales y artículos, y voces, una nueva ola conservadora que promete a los pilotos décimas de rendimiento extra si se cortan el pelo a navaja y se apañan un buen sastre, por no sé qué de facilitar así el apoyo económico del patrocinador y garantizar el éxito, lo que no deja de ser una versión barnizada del legendario y comodorro adula al patrón por la cuenta que te trae, ya que, en esencia, no hay riesgo en la jugada, pues si nos infantilizamos demasiado siempre podremos echarle la culpa a Ben Sulayem.

Todo esto ha surgido a colación de lo sosangas que nos ha salido Piastri cuando pisa podio o le ponen la alcachofa ante la boca, pero sólo como excusa, ya que el australiano no se debe al público —a sus fan sí, pero ya cumple con creces en pista— y el asunto es viejo de cojones, tanto que Jorge Pi y Moncho Alpuente (Desde Santurce a Bilbao Blues Band) compusieron en 1973 No sea usted original, que no ha llovido ni nada. ¡Hace cincuenta y dos años!, cuando los conductores F1 eran Bad Boys que se jugaban el tipo. 

Los consejos de colegio de frailes, la misión sancionadora de la FIA para que a nadie se le escape una palabrota, el triunfo del postureo modosito de Lewis, la crítica a la hinchada de Colapinto en Montmeló [Mis cuñadas y yo], la retórica que se gastan los comentaristas recriminando ciertos comportamientos y alabando otros, amén de la futbolera humildad, el respeto a los colores y mil y una tonterías más, todas políticamente incorrectas, claro, son modalidades de esa misma ponzoña que nos vienen inoculando desde hace años, pues la jerarquía manda, el dinero manda, lo adecuado manda, y, en definitiva, donde manda capitán no manda marinero y no nos cabe un tonto más de lo dóciles que nos hemos vuelto renunciando a nuestra herencia.

Recalo con una sonrisa tierna en el recuerdo del episodio The Crimson Permanent Assurance de la Monty Python's (The Meaning of Life, 1983), y pienso en lo mucho que perdería AC/DC si Angus Young, en vez de vestido de colegial, subiera al escenario con un traje cortado en Saville Road. ¿Jack Sparrow con peluca y maquillado con polvo de arroz y algún furtivo lunar...? 

Como la mayoría actualmente, Russell opina también que es mejor fingir y ocultarse [La gente probablemente no estaría contenta con Raikkonen hoy], y el caso es que debo darle la razón porque lo genuino hace mucho que tasa a la baja y no vende en Fórmula 1. El cronómetro ya no es definitorio, hemos igualado por lo bajo y tendemos a una media bastante ramplona, los equipos están gobernados por gestores en vez de racers, y mal que me pese escribirlo, ahora no supone buena idea tener personalidad o ser original, y seguramente sea responsabilidad de la Federación y el Presidente, aunque yo daría un par de vueltas a esto porque hay más implicados de los que aparecen en la foto.

Os leo.

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