domingo, 29 de junio de 2025

La virtud de la discreción


El formato que venimos utilizando ya no da más de sí, de manera que no voy a caer en la tentación buenista de llamar interesante o bonita, o disfrutona, a la clasificación para el Gran Premio de Austria celebrada hace unas horas en el trazado de Spielberg.

Tal y como está el tema del límite presupuestario anual, el número de unidades de potencia por temporada y la exposición a posibles sanciones si hay que cambiar algo, por no mencionar la extrema dependencia de equipos y pilotos a la selección de neumáticos que hace Pirelli, la clasificación queda, para mi gusto, demasiado encorsetada en el papel de espectáculo teloreno con el que matar el rato los sábados por la tarde, y, obviamente, la del Red Bull Ring no pudo escapar a este diagrama.

¿Discretita? Sí, discretita es un término bastante adecuado para definir lo que vimos ayer. 

La vuelta de McLaren por sus fueros después del bajón sufrido en Canadá y una Ferrari recuperada para las quinielas —gracias a Charles más que a Lewis—, supusieron las señas de identidad de un evento bastante anodino en términos generales, al que le sobraron muchos ¡uyuyuys! y ¡ayayais! vertidos desde las cabinas de retransmisión. Total, Norris como poleman seguido por Leclerc. En tercer lugar Piastri y en cuarto Hamilton. 

Como nota reseñable destacar a Lawson (sexto por delante de Verstappen) y a Gasly, y espero poder abrir hueco estos días para hablar un poquito más extenso de ellos.

Os leo.

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