Las he visto mejores, que decía aquél...
El Gran Premio de Austria iba bien, entretenido, bonito, pero el sueño duró sólo lo que tardó Kimi en asaltar a Max en la primera curva. Nada, un suspiro, un pedito de monja. A partir de ese fatídico instante todo se volvió monótono, previsible y tedioso, lo que exigió de los comentaristas de las diferentes retransmisiones un esfuerzo extra por focalizar un drama inexistente en pista.
¡Anda que no hemos visto carreras en las que el poleman acaba cruzando primero la meta!, ¡parecemos nuevos!
Con Verstappen fuera de combate a las primeras de cambio, Norris encontró pronto esa seguridad que suele abandonarle cuando el holandés se mantiene en la pomada, y a los de Sky Sports les faltó poco para poner La Cabalgata de las Valquirias (Walkürenritt) como fondo musical de las evoluciones de su compatriota Norris en Spielberg, cuando el británico circulaba en pos de una victoria que le hacía falta como el comer para reducir distancias con Piastri en la general de Pilotos.
¡Cosas veredes, amigo Sancho!, y cosas vimos en el Red Bull Ring, como, por ejemplo, que los seis primeros clasificados doblaron al menos una vez al resto de la parrilla y sin que nadie se queje del aburrido dominio de McLaren, o que Williams sufrió de una mala tarde, primero en el coche de Carlos y unos giros más tarde en el de Alex. Ferrari volvió a ser Ferrari en tierras austriacas, aunque Charles supo estar en su sitio mientras Lewis no se sabía exactamente dónde estaba...
En líneas generales la prueba se mantufo trufada de anecdotillas que apenas modificaron el orden establecido desde la salida, y aunque a estas horas todavía resuenan las estrofas y versos que compusieron los bardos a mayor gloria de Lando, lo cierto es que resultó facilito para el number one de la papaya.
¿Quién iba a imaginar anoche que Norris ocuparía el cajón más alto en el podio, con Piastri en el segundo y Leclerc poniendo sus pies en el tercero? Eso mismo, ¿quién?
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario