sábado, 11 de noviembre de 2023

¿Y mañana qué ?


La Autosport habla de clamor popular por acabar con el dominio de Red Bull [The inescapable conclusion from F1's slowing Red Bull debate in 2023], pero yo tengo apalabrada con Manu una serie de entradas para recordar que, en 2022, fue Ferrari la que se dio un tiro en cada pie, circunstancia que provocó que a Steffi por poco le arruináramos la sombra de ojos en el programa que grabamos aquel agosto [Cars a la Carta - Ep. 28].

Nos mean pero afirman que llueve. También decían de Toyota en el WEC que su dominio resultaba insultante, sobre todo cuando el Nano acertó apostando con la japonesa, pero con cambio de normativa y todo, en el nuevo entorno Toyota ha vuelto a resultar sobresaliente y ganadora en 2023...

Porpoising, otro formato de carcasas, nuevas mediciones en la flexión de los elementos móviles, pero Lewis no levanta cabeza y este es el quicio donde rota el debate, ya que encumbras a un tipo que depende de su coche, y cuando el vehículo no da el individuo se desinfla como un soufflé precipitado en el horno. ¿Vale tanto Hamilton y la aureola que han creado a su alrededor sus medios afines, como para que sigamos sin aceptar que Red Bull no ha tenido igual en 2023 —sólo en 2023—, y Max Verstappen está sacando astillas del material que le ha caído en las manos?

El problema es el heptacampeón inglés. Si lo sacamos de la ecuación, lo de Milton Keynes y su astado holandés incluso resultaría ramploncete para los estándares Mercedes-Benz entre 2014 y 2021. Pero los británicos son muy suyos y saben perfectamente que cualquier gilipollas de fuera de sus fronteras asumirá su discurso sin pestañear. 2021 terminó feo a pesar de que, sin Abu Dhabi, Max habría resultado igualmente campeón. 2022 fue dominio de la austriaca, aunque sin las numerosas ayudas de Ferrari, Red Bull no se habría comido un colín. Y 2023 ha supuesto la gota que colma el vaso porque los de Autosport y quienes la leen son unos histéricos de libro y su vaso es a medida.

Bien, introducimos un BoP (Balance of Performance), pero Mercedes AMG sigue sin hacer un fucking car y Lewis continúa llorando por las esquinas. ¿Bombardeamos entonces la sede de la de los toritos, o acabamos admitiendo que GOAT, como atributo, es algo que no tiene mucho que ver con la excelencia arrogada al de Stevenage?

El viaje a mí no me merece mucho la pena porque me se de sobra la respuesta, cualquier respuesta. Desconozco cuál es ese clamor popular al que alude la cabecera británica. Intuyo por dónde van los tiros... pero, ¿y si mañana vuelve a fallar el experimento?

Os leo.

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