Disculpadme, pero yo sí tengo ganas de que acabe esta tomadura de pelo, y no por la incontestable superioridad de Red Bull y Max Verstappen, más bien por la insoportable turrada que nos han metido los medios con lo mal que lo hacían Ben Sulayem y sus hombres —hasta que a la Federación se le hinchaban las avellanitas y comenzaba a imponer la estupidez que alienta el Código Sportive [La FIA en guerra]—, o las dos poceadas monumentales a cuenta de la modificación de las Pirelli y los nuevos rangos de flexibilidad en alerones, por no citar el empeño en que traguemos con el formato Sprint —sólo ha funcionado en Sao Paulo, un decir—, o los experimentos que nos han supuesto las clasificaciones con gomas limitadas o visitar trazados donde no se le ha perdido nada a la F1...
Siento en el alma ir contracorriente también en esto. Me preocupan más la pasividad que muestra el personal con el actual estado de cosas, que el descanso invernal y con qué nos alimentaremos hasta que comiencen a rodar los cochecitos a finales de febrero, en otra mezquindaz de entrenamientos de pretemporada tasados a sólo tres miserables jornadas en Sakhir, ¡yuhu! Sí, tengo ansia viva porque termine todo y hagamos borrón y cuenta nueva para 2024, y lo digo abiertamente, un mucho por seguir predicando en el desierto y otro poco por ver si alguien más se anima a decir basta.
Os leo.
1 comentario:
Si no fuera por Fernando Alonso y sus increíbles actuaciones sobre la pista, esta temporada habría resultado desde el punto de vista del espectáculo un tostón, menos mal que el genio Astur da la talla.
Liberty necesita de la lucha como mínimo de dos pilotos de escuderías diferentes para atraer público y rentabilizar el espectáculo. Me temo que los energéticos van a comenzar con ventaja la próxima temporada ya que la evolución del resto no creo que pueda estar al mismo nivel.
Creo que el próximo año va a ganar el que mejor sepa evolucionar el cacharrillo, porque si bien Red Bull partirá con ventaja al principio, el resto y me fijo en Mclaren este año, pueden si se lo proponen (gastando millones de euros a porrillo) dar caza al genio de Adrian Newey y guerrear con Max.
Y por último, Aston Martin como escudería debe cambiar de mentalidad, tienen un genio al que deben aprovechar al máximo y para ello no me valen escusas de que no entienden los datos teóricos y los reales, que contraten a quién necesiten para no volver a errar.
Un saludo de un alonsista.
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