domingo, 19 de noviembre de 2023

Mi Checo querido


Sergio Pérez ha conseguido en Las Vegas el subcampeonato Mundial F1, distinguirse como el primero de los mortales en 2023, de los demás tras la Naranja Mecánica que no ha dejado ni las migas en el plato a sus rivales, ni siquiera a su compañero.

El hecho, en sí, consiste en una aplicación de la aritmética más básica: con los puntos que quedan en juego a disputar en Abu Dhabi, Hamilton carece de margen matemático para superar al mexicano en la tabla de Pilotos, lo que coloca al de Guadalajara en una posición inamovible que ha llevado a nuestros cazurros habituales a hacer las cuentas del Gran Capitán y abusar del clásico y si.

Gracias a Dios la realidad sigue mostrándose terca como una mula y anula la creatividad del personal con un sonoro jaque mate. No se han podido celebrar las 24 citas previstas para esta temporada y quedaría por ver qué respuesta habría dado Red Bull con su segundo asiento, ante la hipótesis de un heptacampeón plenamente on fire —hoy tampoco ha podido ser—, y a Ferrari no la cambiamos por mucho que dejemos de respirar como niños pequeños durante una rabieta... Bueno, lo de Leclerc cae por su propio peso, el monegasco va séptimo en la general y a 85 puntos de nuestro protagonista, así que no sé qué mandanga están tomando los que le respetan la chance aunque yo también quiero, que decía aquél. Y lo de con ese coche, pues otro tanto...

En fin, a lo que vamos; Checo ha rubricado con su tercer cajón en Nevada que está en el sitio adecuado y sabe responder a lo que le pide su equipo —Mundial de Constructores, Mundial de Pilotos y subcampeonato—, lo que, particularmente, me deja un grato sabor de boca dado lo complicada que ha resultado la campaña para él. ¿Más sombras que luces?, pues posiblemente, pero habría que meterse en sus zapatos para valorar adecuadamente el contexto y saber exactamente si su hazaña merece, o no, el rosario de peros que están surgiendo estas últimas horas.

Si necesitáis estribo, os diré que a mí me vale, sin duda porque nunca he creído en que el segundo sea el primero de los perdedores y porque en el elenco de los subcampeones F1 hay gente muy notable, a la que se suma ahora el primer mexicano en conseguirlo.

Os leo.

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