viernes, 22 de febrero de 2019

No queda otra [Williams FW42]


La apuesta de Williams para este año pasa por un FW42 que, sin ser extremadamente novedoso, sí parece que resuelve todos los condicionantes impuestos por la normativa recién estrenada.

Al menos sobre el papel, el monoplaza de Grove está enfocado a sacar provecho de la unidad de potencia Mercedes-Benz que lleva dentro, algo que por diferentes circunstancias no ha podido ser ni en 2017 ni en 2018.

En sentido estricto estamos ante una toma de contacto con el suelo y no deberíamos ser tan ingenuos como para exigir más a la de Claire. La salida de Valtteri Bottas con dirección a Brackley a finales de 2016, la recuperación in extremis de Felipe Massa y la presencia de Lance Stroll, asesinaron desde bebé el proyecto del cuadragésimo aniversario de la británica en Fórmula 1. El FW40 lo tenía todo para haber brillado pero fue sacrificado en el altar de las malas (e incomprensibles) decisiones.

El FW41 de 2018 arrastraba este handicap y salió malo de narices. En un deporte como el nuestro, donde la evolución constante es una prioridad, malgastas un año y pierdes todo el terreno del mundo. Si además cuentas con una pareja de pilotos (Sirotkin y Stroll) incapaz de reconducir las cosas, el destrozo se asemeja al siete que le hizo el iceberg al Titanic en el casco...

El FW42 trata de reencauzar todo esto, y como punto de partida da la sensación de que ha tomado el camino correcto. Su diseño es en apariencia sencillo porque, al parecer, no ha estado en el espíritu de la inglesa enredarse demasiado ni arriesgarse a tirar una nueva temporada a la basura. El abono es a seguro porque, en el fondo, no queda otra.


Así las cosas, el vehículo presenta un generoso alerón delantero que acomete la temprana definición del vórtice Y250 con el fin de descargar de responsabilidades (y complejidades) la zona anterior central, con el apoyo de unos apéndices situados a ambos lados de los soportes y un ala en góndola bajo el morro, estilo Mercedes AMG W10, que asume el trabajo de sujetar al suelo el tren delantero y, como decíamos en este mismo párrafo, facilitará la vida de los turning vanes y bargeboards.

Los caudales laterales se doman a partir de las derivas verticales y buscan encontrase con los superiores en la zaga, con el fin de que tanto el fondo plano como el difusor como el alerón posterior, puedan responder de forma idónea a sus respectivas exigencias y cometidos.


No da la sensación de que el FW42 haya puesto sus huevos en la cesta de la velocidad pura ni mucho menos en el paso por curva, pero sí trata de tener apoyo en todo momento y condición, lo que sin duda le ayudará a comenzar a pelear en la zona media de la parrilla, basicamente porque el suyo es similar al enfoque de todos sus rivales en la zona, aunque por suerte para Grove, ella cuenta con el propulsor de Stuttgart.

Kubica y Russell serán los encargados de firmar este nuevo comienzo que tiene su vista puesta en recuperar el terreno perdido, quién sabe si con la intención de sentar las bases de lo que será Williams a partir de 2021.

Os leo.

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