domingo, 10 de febrero de 2019

Carta blanca al hijo del viento


En el hipotético caso de que ni Ferrari ni Red Bull den con la tecla y lo vuelva a hacer Mercedes AMG, 2019 promete ser un campo de batalla donde Lewis Hamilton se enfrente a sí mismo en desigual equilibrio de fuerzas, porque a un astro de sus dimensiones se le va a exigir que convenza además de vencer con un brazo fuera del habitáculo.

Bottas no es enemigo ni mucho menos tiene en su mano empañar los posibles logros del británico. Quedan los números, claro, que si la hipótesis que estamos manejando resulta buena, lógicamente seguirán cayendo como una fila de fichas de dominó luego que la primera ha sido empujada...

No creo ni dejo de creer en ella. Está sobre la mesa y me apetece jugar un rato al if, y ya puestos, tampoco me parece mal imaginar que el de Tewin se puede encontrar esta temporada con un territorio libre de rivales, lo que nos pone ante un auténtico peligro porque Lewis tiende a mostrarse mayúsculo en épocas de comodidad supina.

Hombre, cuando pelea sobre el asfalto tampoco es manco y verle suele resultar agradable para la vista y el vibrato de cualquier aficionado, pero donde se crece de verdad y acaba siendo descomunal es durante esa comunión que se produce en clasificación entre el conductor y el monoplaza dorsal número 44, cuando el primero busca la velocidad pura y el segundo responde como la maquinaria de un reloj suizo. 

Por desgracia hay una zanja bastante generosa entre el comportamiento de nuestra Fórmula 1 los sábados y los domingos, y es posible que las primeras carreras le supongan al pentacampeón una etapa de gestión de posibilidades, pero para el verano —siempre y cuando nuestra imaginación de hoy no nos juegue una mala pasada y Hamilton tenga la corona encarrilada—, lo veo en su salsa, totalmente cómodo y confiado, capaz de destilar momentos irrepetibles en las Q3 y durante las pruebas, sencillamente porque no suele contentarse con lo que tiene.

Está también el firmar su sexto campeonato. Con el quinto se mide todavía con Fangio, siquiera en cifras, y con el séptimo lidiará con la sombra de Michael. Y bien, el sexto me parece clave. Un título anodino le serviría de poco y no colmaría a casi nadie, sin embargo, será otra cosa si es capaz de sazonarlo con gestas y momentos irrepetibles. Voy más lejos. Al hilo de lo que he escrito esta misma mañana [El señor Toto y su miriñaque], creo que Brackley puede permitírselo y que hará todo lo que esté en su mano para que Hamilton lo consiga.

Por mí tiene carta blanca, obviamente.

Os leo.

3 comentarios:

Antonio L. dijo...

16 - 3

Lewis solo compite contra sí mismo, si sigue ganando y engordando sus números espera de ser considerado el más grande de todos.

Los monopolios no son buenos y hemos tenido tres seguidos con algún "impasse" por medio en concreto dos. Es decir 16 a 3 a favor del monopolio......... y luego los mandamases y palmeros de este circo se preguntan que porqué decaen las audiencias y el interés por el "producto".

Y lo curioso del número anterior (16-3) es que cuando se fomenta el monopolio, alguién tiene que ser el cabeza de turco para demostrar que los mandamases hacen todo lo posible para evitar lo que en el fondo defienden a capa y espada.

Posiblemente lewis siga ganando y ganando como los conejitos de Duracell, pero en el fondo sabe que los títulos ganados sin competencia valen lo que en un futuro y con perspectiva la historia los quiera valorar.

No quiero ser un hipócrita y decir que no se los ha merecido, porque el mérito está en saber utilizar las armas que tienes y exprimirlas al máximo. quizás ese "exprimir al máximo" ha sido lo que le ha faltado al de Tewin para que sin reservar lo consideremos el mejor de los que han ganado algún mundial de F1.

Lewis no te dejes engañar por los palmeros y dentro de tus posibilidades reclama un campeonato con multitud de aspirantes con armas parecidas. si ganas conseguirás algo más que ser el mejor en los números.

16 - 3

Un alonsista.

oca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

La guerra de personalismos en Ferrari, más la intervención de Redbull carrera si, carrera no (al ritmo de los reventones de Honda) posiblemente nos libren del hastío.

Habrá más jugadores cerca de la cabeza, ya no solo Ham-Vet (no han sabido dar gran espectáculo esos dos). Sospecho que le van a permitir a Verstappen jugar bolos con sus compañeros de pista.

Hombre! No es legal, pero para la tele queda monísimo! Este año si Max! A ver si haces un Mónaco decente al menos.