martes, 19 de febrero de 2019

Ojalá [Renault RS19]


2019 supone para Renault su primera aventura alejada de la sombra de Milton Keynes y los corsés impuestos por los diseños de Adrian Newey, algo que no debemos perder de vista a la hora de entender por qué el RS19 para este año se parece tanto al de 2018, aunque, a la postre, se intuya que son muy diferentes, al menos en lo que respecta al trato dado a la unidad de potencia francesa en el interior del cacharro.

Y es que aquí está el matiz. Renault necesita sacar la cabeza en cuanto a la calidad y prestaciones de su producto estrella (la bendita UP), circunstancias que no podían destacarse a la sombra de Red Bull por razones obvias de las que la hemeroteca rebosa datos y acaecidos. 

Ejecutado el divorcio con la austriaca y con numerosos asuntos pendientes supeditados al ámbito contractual hasta finales de la temporada pasada, el propulsor galo vuela por primera vez en solitario en el interior del RS19 y también del MCL34 de McLaren, y en el caso que nos ocupa, el monoplaza de Enstone trata de dar respuesta a este nuevo escenario.

El coche se parece al de la campaña anterior porque aquí no caben revoluciones sino una intencionalidad clara por demostrar que si no se ha podido hasta ahora ha sido debido a causas ajenas al equipo, y fundamentalmente, porque el RS18 se mostró lo suficientemente majo como para soportar las novedades del nuevo reglamento con expectativas halagüeñas.


Como vimos ayer en el caso del bicho de Faenza [Ad hoc (Toro Rosso STR14)], el interés por crear el vórtice Y250 de manera temprana, inmediatamente detrás del alerón, libera de exigencia a los turning vanes, bargeboards y derivas laterales, lo que a la vista da un aire de sencillez, aunque, en realidad, lo que sucede es que hay un reparto de funciones más extenso en longitud, algo que, sobre el papel, apunta a que el conjunto entre el ala anterior y el inicio del habitáculo tendrá una mayor seguridad y aplomo en el eje delantero, esencial en frenada y paso por curva.

A partir de este punto donde arrancan los pontones, encontramos un tratamiento del torneado de la carrocería enfocado lanzar mucho aire atrás pero con especial atención a los caudales inferiores, ya que de ellos dependerá el funcionamiento del rake y el difusor.


Por arriba, el cubrecapot de pequeñas dimensiones y la aleta tramitarán el caudal superior para llevarlo en cantidad, alineado y sin interferencias, hacia el alerón trasero.

Grosso modo, el RS19 muestra intención de continuar aupándose en las primeras posiciones de la montonera, territorio que fue suyo en 2018 gracias a que Force India perdió todos sus puntos antes de convertirse en Racing Point, pero, básicamente, quiere darle a su unidad de potencia una bonita segunda oportunidad. Parece rápido, y ojalá lo sea en manos de Hulkenberg y Ricciardo.

Os leo.

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