miércoles, 10 de octubre de 2018

Sólo para señoras


En cierto modo agradezco que la FIA haya tenido la feliz sartenada de parir un bodrio que me permite encarrilar esta tarde en Nürbu sin necesidad de llamar machista a nadie. 

He pasado la mañana escribiendo mis cosas y me encuentro al mediodía con que varios de vosotros me habeís preguntado cuál es mi opinión sobre las W Series FIA, y lo primero que se me ocurre decir es que nuestra egregia institución ha vuelto a dar respuesta (equivocada a mi modo de ver), a un asunto que merecía cualquier enfoque menos éste.

Leo que hay pilotos a los que supuestamente va dirigida la iniciativa, que, a cuenta del invento, poco menos que maldicen el día en que nacieron (es broma, estoy exagerando) pues va muy peladita de incentivos económicos. Sin querer, o queriendo, la cabeza se me ha llenado de preguntas: ¿hay nicho de mercado para esto?, ¿va a atraer patrocinadores?, va en serio o sólo consiste en quitarse un marrón de encima creando un gueto específico que permita esquivar la pregunta de rigor: ¿por qué no hay espacio para las chicas en nuestro deporte?

Obviamente a partir de ahora va a haber lugar para mujeres, pero qué sitio. 
 
Dios me libre de ponerme demasiado fino, pero yo pasaba por la quilla al gilipuertas que ha considerado que tiñendo de color lila la presentación ya se percibiría el enfoque. Si así, a primeras, no ha habido a mano una librea de Intimissimi, Wonderbra, Dove, Chanel, Tena Lady, ¡demonios!, o cualquiera de las mil y una referencias que podrían nutrir de contenido femenino esta historia, es que consiste en una aventura de hombres sólo para señoras. Muy FIA, muy Todt, muy rancio. Muy eso mismo que estáis pensando. 

La relación de la mujer con el mundo del motor es inequívocamente antigua y está plagada de referencias. Pilotaban con falda, con pantalón o mono de faena, llevaban el volante, se manchaban las manos de grasa, cambiaban ruedas y de marchas, apuraban la frenada y maldecían cuando las cosas no salían, exactamente igual que tantos machotes que jamás alcanzaron un título mundial o renombre. 

Medir a la mujer piloto sólo con los astros del deporte supone una mezquindad. Espero que funcione —¿cómo no iba a esperarlo?—, pero me da que la W Series empieza con muy mal pie porque si hay una actividad que no necesita corralitos segregadores con coches de juguete es el nuestro. Que las dejen competir y se midan donde se miden los demás, que a lo peor alguno se lleva una sorpresa. Aunque bien mirado, a lo peor todo consiste en evitar que salte esa sorpresa y, en un descuido, alguien se acabe tragando el Farias y sus prejuicios.

En fin. Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero lleva una dobleuve! Y dos juntas de esas hacen una wonder woman!

Pues no sé, yo me apunto. Me buscaré una heroína de entre las que se le animen a la categoría. A ver si corre Penélope. El Chema otro tanto, y seguro le va a la Cruela DeVille, la que atropella dálmatas.

matador dijo...

Hola,

Creo que no hay mayor muestra de machismo que la segregación femenina. La semana pasada una piloto española ganaba un campeonato mundial de motos Supersport300cc. Laia Sanz es pluricampeona en motos de campo. Michelle Mouton fue subcampeona del mundo de rallyes en la época de los muy físicos Grupo B, Danika Patrick ha competido en los EEUU a muy buen nivel.

¿De verdad es necesaria la segregación?,¿ no será un campeonatito para chicas monas sin mucho mérito automovilístico como esa modeluqui en la que todos estáis pensando?. Creo que la solución es equivocada. Si lo que se quiere es fabricar una campeona de F1, ¿por qué no coger el toro por los cuernos?. Recuerdo haber leído a Maese Castellá que la pirámide formativa para fabricar un campeón del mundo en cualquier deporte era de 10.000 a 1. La solución es fácil, seleccionar desde el Karting un equipo femenino, darles la mejor formación y medios, con un programa deportivo serio y bien gestionado, con los mejores medios técnicos e ingenieros/as, e ir subiendo de categoría en los campeonatos mixtos. Una especie de Racing for the Women, que estoy seguro que podría tener importantes apoyos en patrocinios y difusión en los medios, además de gran influencia en las próximas generaciones.

Pero no, es mejor asumir que las mujeres no son capaces de pelear en un mundo de hombres y crearles un campeonato específico para que no digan que el automovilismo es un deporte machista. Supongo que en el fondo no deja de ser ampliar el negocio, reutilizar viejos monoplazas y hacer crecer el número de equipos, creando empleos, o haciendo que algunos tengan la oportunidad de ganar más dinero poniendo a correr a chicas, algunas muy monas.

Espero que por lo menos les pongan azafatos cachalotes y de buen ver, para que vean que creen en la paridad y aborrecen el sexismo.

Salu2!