martes, 6 de febrero de 2018

El año malo de Kimi


Si le hubiese ocurrido sólo a Kimi podríamos hablar de una anécdota, pero el estreno de la etapa híbrida se atragantó incluso a quien finalmente resultó Campeón del Mundo 2014, Lewis Hamilton, que pasó las de Caín hasta que encontró unos frenos que le facilitasen la labor de conducir.

No era por tanto algo casual, sino una consecuencia lógica de una aplicación de un paquete nuevo de reglas que no había sido lo suficientemente bien planificada. Para colmo, en Ferrari había prisa, mucha prisa...

Raikkonen había sido llamado por Montezemolo para cubrir el hueco dejado por Felipe Massa a finales de 2013, quien después deabandonar la rossa se había embarcado en Williams para hacer pareja de baile con Valtteri Bottas al año siguiente. Pero no era una suplencia cualquiera. Iceman tenía por obligación la de presionar a Alonso en clasificación, y si con el F138 podía sonar a asequible con el F14T resultó una completa quimera.

El primer coche de Maranello en la era híbrida adolecía de tantos puntos débiles que pasará a la historia de La Scudería como uno de los peores vehículos del último cuarto de siglo, tal vez en reñida lucha con el F60 de 2009. Además, el equipo no atravesaba un gran momento, que digamos. Stefano Domenicali dimitía a principios de abril y sería sustituido por Marco Matiacci; meses después nada sería lo mismo.

A nuestro protagonista se le pueden reprochar algunas cosas, pero no que no sepa tener los pies en el suelo. Días antes de la celebración del Gran Premio de China, él mismo se encargaba de advertir a la prensa y los aficionados que 2014 iba a ser un año malo, tanto que descartaba por completo tener alguna opción de disputar el título, e incluso, de cumplir aquello por lo que le había contratado Luca Cordero di Montezemolo...

Os leo.

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