domingo, 4 de febrero de 2018

Duele, pero pasará


Iba a echar el rato mañanerodominical escribiendo sobre uno de esos tipos que escriben, a veces con tinta gruesa, muy gruesa, la parcela vital donde hemos elegido pasar más tiempo, pero me he decidido a pasar olímpicamente de él al menos durante 24 horas porque hay cosas que merecen mucho más la pena.

Estoy seguro de que Marian me disculpará que haya quitado el pelo a la niña de la ilustración de arriba. Tesorito, era rubia hasta hace un momento... ¡Qué carajo, lo sigue siendo...!

A lo que vamos. Hoy es el Día Mundial del Cáncer y entre tanta gala de los Goya, tanto ruido en el paddock y tanta vaina, a uno se le acaba pasando hasta qué suelo pisa. Así que he parado el monoplaza para irme al arcén y poner desde allí mi pequeño granito de arena, imaginando, ingenuamente, que este gesto de mandar a tomar por el saco la actualidad un domingo por la mañana, puede servirnos para reflexionar que hay cosas verdaderamente importantes a nuestro alrededor, que mosquea lo suyo que las tengamos que hacer caso porque alguien les ha puesto fecha en el calendario.

Y en especial quiero mandarles un abrazo enorme a los críos que sufren esta enfermedad tan cabrona. 

Los juguetes menos rotos tenemos el deber de luchar por los más rotos, de cuidarlos, de ser un poco más inteligentes evitando etiquetarlos por raza, estatus social, ideología o religión. Los niños y niñas son nuestro futuro y los pueblos que no velan por el mañana, por su mañana, están condenados a desaparecer. 

Sé que los que os pasáis por Nürbu sois buena gente —si me entero de lo contrario os juro que os visitaré de madrugada para amargaros el sueño—, que cuidáis de vuestros compañeros de cuatro y dos patas, de vuestros ancianos, de los amigos que sufren soledad, que jamás haréis daño de ningún tipo a una criatura ni a una mujer ni a un hombre, pero hoy toca esbozar una sonrisa bien amplia para regalársela a cualquiera de estos pequeñuelos que no entienden muy bien qué les pasa ni por qué les duele y se les cae el pelo mientras les dicen que se están curando.

Os leo.

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