lunes, 25 de diciembre de 2017

McLaren ante su peor año [25-07-2014]


Por asombroso que parezca, aunque todavía faltasen doce meses para su estreno oficial, cada vez resulta más plausible apuntar al comienzo de la sesión 2014 como inicio del fracaso del proyecto McLaren-Honda. Eran muchas las circunstancias negativas que se habían comenzado a alinear aquella temporada, y a pesar de que estábamos a finales de julio de ese mismo año, desde mi espacio en Diariomotor ya me atrevía a señalarlas.


McLaren no gana un Mundial de Marcas desde 1998. Suena a demasiado tiempo porque en realidad así es, aunque Mika Hakkinen en 1999 y Lewis Hamilton en 2008 han mitigado este prolongado escenario de sequía consiguiendo sus respectivos titulos de pilotos. Estuvo a punto de romperla en 2007, pero la FIA la descalificó por haber espiado a Ferrari y lo cierto es que entre unas cosas y otras, la de Woking lleva a sus espaldas 16 años, con éste, en los que no logra el añorado Mundial de Constructores, lo que justificaría en cierta medida las prisas que mostraron en la británica por anunciar a bombo y platillo su acuerdo con Honda a partir de 2015.

El error ha tenido consecuencias. Mercedes-Benz cumple escrupulosamente su acuerdo de suministro de propulsores a McLaren, vigente hasta finales de este mismo año, pero la comunicación no es tan fluida como antaño porque ahora Woking es un cliente más, concretamente uno que en palabras de alguno de los responsables de Mercedes AMG, equipo oficial de la de Stuttgart en Fórmula 1, podría estar pasando información a Honda de cara al retorno de la japonesa la temporada que viene.

Podríamos hablar perfectamente de que las relaciones entre McLaren y su proveedor de motores no pasan por un momento idílico, que existe mucho recelo y demasiada falta de confianza por ambas partes, y que el desarrollo del MP4/29 —vehículo con el que Kevin Magnussen y Jenson Button consiguieron estar inmediatamente detrás de Nico Rosberg en Melbourne tras la descalificación de Daniel Ricciardo—, se ha visto seriamente comprometido por este cúmulo de circunstancias a las que habría que sumar también, la sustitución de Martin Whitmarsh por Éric Boullier en pretemporada y por supuesto, la reaparición de Ron Dennis a la cabeza del equipo.

A resultas de todo ello, McLaren, consciente desde un primer momento de lo complicada que iba a resultar la sesión 2014, ha tratado por todos los medios de lidiar la situación con la mayor calma posible en cuanto las cosas comenzaron a complicarse a partir del Gran Premio de Malasia, donde quedó meridianamente claro que McLaren ni guardaba medio segundo en la manga, ni Kevin Magnussen era un candidato al título mundial como insinuó Ron Dennis a la salida del Circo de Albert Park, ni por supuesto, el MP4/29 iba a ser capaz de mantener el tipo y el rendimiento mostrado en Australia.

Conforme pasaban las carreras la situación se ha ido haciendo más agobiante y ahora incluso Jenson Button se cuestiona su permanencia en un equipo, que exteriorizaba hace poco su necesidad de contar con al menos una unidad de potencia de Honda para poder centrarse en el MP4/30 de 2015, circunstancia que sea dicho de paso, no ha podido ser satisfecha por la fábrica nipona ya que su UP todavía está en una fase temprana de desarrollo.

Dicho lo cual, McLaren, a pesar de su enorme potencial y su mítica capacidad de reacción, se enfrenta a una segunda mitad de temporada demasiado complicada como para que nos mostremos optimistas. Siendo razonables, el MP4/29 no puede seguir recibiendo evoluciones considerables porque el equipo lleva meses trabajando con total atención en el monoplaza del año que viene y por tanto, insistir en el de esta temporada supondría una pérdida de recursos y energía que podría pasar factura dentro de unos meses. Seguramente sí conseguirá superar a Sahara Force India en la fase final del calendario oficial de Fórmula 1 (la india está a tan solo 2 puntos de distancia de la británica) o incluso, intentará hacer lo propio con Ferrari (la italiana está a 20 puntos), pero poco más, pues de nuevo, Woking sabe que volverá a firmar una sesión en blanco.

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