sábado, 2 de diciembre de 2017

It's a long way to Tipperary [Sauber]


Dicen de los irlandeses que sus mejores baladas y canciones recuerdan sus derrotas, al parecer no disponen de victorias memorables o no quieren sobarlas, vaya usted a saber. El caso es que It's a long way to Tipperary, melodía mundialmente conocida porque la cantaban las tropas británicas, es irlandesa, escrita por un irlandés nacido en Inglaterra...

La protagonista de esta entrada no es irlandesa ni británica, ni suiza desde que la abandonó Peter. En realidad es una sombra de sí misma, una metáfora que viene a recordarnos lo poco que importan las raíces cuando el dinero manda. Longbow Finance, de matriz sueca (Tetra Laval), por fortuna sí tiene sede en Lausana. Inyectó dinero en la de Hinwil en 2016 y de ahí p'alante, que los expertos nos tranquilizaron afirmando que la operación de compra aseguraba la presencia de Sauber en Fórmula 1. Lo que se callaron fue cómo iba a ser esa presencia...

Sauber celebraba en 2017 sus 25 años en nuestro deporte y Longbow Finance puso número visible a su inversión con su color corporativo, machimbró la presencia de Marcus Ericcson (sueco él, como Tetra Laval), dejó que Monisha hiciese algunas promesas de mejoría, y con una unidad de potencia Ferrari 2016, se lanzó a la aventura de estrellarse esta temporada sin hacerse demasiado daño...

¿Víctimas del experimento? El segundo piloto Pascal Wehrlein —cómo duele escribir según qué cosas—; la propia Kaltenborn, quien sería sustituida por Frédéric Vasseur; Honda, sí Honda, fabricante que después de haber avanzado en la posibilidad de suministrar a Hinwill durante 2018, veía cómo se le colaba Ferrari por la izquierda y ahora sabemos el por qué: Alfa Romeo, es decir, más dinero para aliviar las cuentas de resultados de Longbow Finance; y la marca Sauber, que tras años de ir francamente mal cuando no arrastrándose por los circuitos, esta campaña ha rubricado su escaso potencial deportivo quedando última en la tabla de constructores sumando 5 miserables puntos.

Podríamos terminar aquí esta entrada inicial del repaso anual a las escuderías, pero como este tipo de situaciones marcadas claramente por el tema económico también afectan a equipos como Williams, otra que celebraba efeme´ride conmemorativa, por cierto, vamos a continuar al menos un par de párrafos más, y es que si ya resultaba complicado de tragar con aquello de que la unidad de potencia 2016 podía servir con un coche de 2017, más pesado, más exigente y más delicado dinámica y aerodinámicamente, el resultado de Sauber no debería extrañarnos en absoluto.

Decían los expertos que la inyección de pasta proveniente de Longbow aseguraba la presencia de la suiza en Fórmula 1, y sí, se les olvidó decir que Hinwil iba a estar en la máxima disciplina durante 2017 de forma testimonial, mientras el inversor principal hacía arqueo y miraba cómo sanear las cuentas a partir de 2018, que parece que ha encontrado la manera.

En cuanto a Ericsson no cabe mucho más que decir: está ahí y ahí seguirá. Lo de Wehrlein duele un poquito más. El alemán ha sido víctima de la especulación en nuestro deporte. Con el C36, un hierro que apenas ha progresado porque carecía de margen para hacerlo, bastante ha hecho Pascal con aguantar hasta Abu Dhabi, pero así y todo, la prensa especialista ya le está buscando las vueltas por no haber sabido dar más de sí mismo, ¡con dos bolitas y un palito...! A ver si esta misma semana le dedico una entrada.

Paddy wrote a letter
To his Irish Molly O',
Saying «Should you not receive it,
Write and let me know!»

Os leo.

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