miércoles, 29 de noviembre de 2017

¿Dónde, dónde...?


Las sensaciones que destiló Ferrari en Abu Dhabi no fueron lo que espera un tifoso, ni siquiera un tifoso oveja negra como yo.

De igual manera que un púgil roto por el rival sueña con el sonido de la campana que declara la tregua entre asalto y asalto antes incluso de que comience la batalla que toca librar, en Yas Marina, a Maranello se le notaban «excesivamente» las ganas de pasar página, de acabar con el viacrucis que ha supuesto lidiar con la seguridad de que ha terminado segunda porque el tercero en disputa permanece demasiado lejos.

No nos hemos vuelto idiotas (todavía). Visto lo visto en Oriente, a nadie se le escapa que si Brackley hubiese querido Bottas sería hoy Subcampeón del Mundo. Pero cuatro dobletes consecutivos no interesaban a nadie, ni a Mercedes AMG, ni a la nueva patrona del cotarro, Liberty Media, ni mucho menos a la propia Ferrari, que con Vettel como sombra de Lewis Hamilton en la tabla de pilotos, rubrica un casi con el que salva los muebles de una temporada tirada literalmente a la basura.

No me gustó lo que vi y me siento en la obligación de escribirlo. Estamos a miércoles y soy consciente de que con estas líneas seré ejemplo de autocrítica o de fría venganza según sea el pelaje de mis mentores, pero lejos de sarampiones frikis, lo cierto es que La Scuderia estuvo muy alejada de lo que se esperaba de ella en Abu Dhabi.

Hubo problemas técnicos, ¡cómo no! Son la excusa perfecta cuando lo que no hay es intención.

Excesivo consumo de combustible en los coches, dicen, pero está la épica y la dignidad como escuadra, y amarrar un subcampeonato sin disputar la victoria suena a apostar a lo justito para superar el trámite...

No me ha sido otorgado el don de parecerme a Senna, pero si me pareciera al paulista, un suponer, a aquello de que todos los años hay un campeón pero no siempre hay un gran campeón, añadiría que todos los años hay un subcampeón pero no siempre hay un gran subcampeón. Y es que están las ganas que no se vieron por ninguna parte el domingo pasado en Yas Marina. Ferrari se miraba el ombligo. Salió reservona porque el esfuerzo necesario ya lo había hecho Sebastian en la primera curva de Interlagos. Autocomplaciente, boba en un festejo por proclamarse segunda en todo, que satisfará a don Sergio pero no lleva a ninguna parte a los tifosi.

En 2010, la de Il Cavallino caía derrotada con el concurso de seis pilotos, tres equipos y una trampa en la que picó como una ingenua. En 2012 sucumbía gracias a que la FIA quiso ver lo que no había visto nadie, a unas banderas amarillas que resultaron verdes por arte de magia, a unos Toro Rosso que jugaban en campo de Milton Keynes y a un favorcito de Michael Schumacher en modo gesto con un compatriota. En 2013, bueno, aquella temporada Pirelli se encargó a partir de Silverstone de sentenciar quién iba a ganar... Pero en 2017 no hay nada a lo que agarrarse, y eso es lo malo. 

No hay una puñetera conjura a la que aferrarse, ni una conspiración que aguante media cerveza. Problemas mecánicos y errores humanos y ya está, cerramos el libro en Brasil y en Abu Dhabi nos regocijamos con la propina porque al negocio no le conviene una supremacía como la que propone Brackley. Y Ferrari tan contenta, tú, que ni se molestó en intentar morder los pantalones de la anglo-germana en la última prueba del calendario.

No sé en qué coño está pensado Marchionne para no ver que así no vamos a ninguna parte. Que no se puede sujetar a una bancada como la afición rossa a base de palabras grandilocuentes y palmaditas en la espalda para ser luego condescendiente y pusilámine cuando toca dejarse el pellejo y decirle a la gente de Toto y Niki, que si este año no ha sido posible, lo será en 2018.

Desgraciadamente todo quedó en el aire el domingo, repleto de interrogantes, sin un miserable aviso a navegantes. Ferrari abandonaba la esquina del cuadrilátero cansada, feliz porque con el asalto en Yas Marina terminaba el combate, pero preguntándose ¿dónde, dónde...?, como hacen los boxeadores noqueados.

Os leo.

4 comentarios:

enrique dijo...

Genial la comparación pugilistica. Totalmente de acuerdo. Sin punch.

Fleichié dijo...

Mercedes quiere conservar su "ciclo dominante" , ayuda a Ferrari a evolucionar (como dice Bernie no es lo mismo ganar a Ferrari que a Force India.... y por otro lado Bernie confiesa que él y la FIA suelen /solían ayudar como fuese a Maranello por el bien de la F1) Esa alianza hace que las dos escuderías dominen el mundial , que la T.V. pueda vender a Ferrari como ganador de carreras y el duelo Vettel/Hamilton (siempre se alinean en las votaciones , suelta Chris Horner) , y los espectadores tienen una F1 un poco más competida.....aunque sea artificialmente .
Después de saber toda esta mierda....¿Quién nos dice hasta dónde se deja sorprender Mercedes en algunas carreras?....¿Hasta dónde puede luchar el "sparring" Ferrari por el campeonato?.......¿Porqué Robert Redford no coge esta historia y hace un peliculón tipo "The Quiz Show"????......
.."Marchionne , muérdete el labio superior como si te fastidiase el podium"....."Así , bien!!!" ....."Ahora Toto , sonríe y abrázate a Niki...Quiero más alegría!!!!"
. En fin......te leo maestro

enrique dijo...

A ver si alguien puede responderme: Cual es el motivo por el que no se permite reglar los coches para calificación, y si puedan usarse mapas motor única y específicamente para dicha calificación? Es incongruente!!

Anónimo dijo...

Mercedes le metió más de un segundo a Ferrari por vuelta en Silverstone, en Monza, en Austin y en Abu Dhabi. Y todavía venden lo de mundial ajustado cuando ganaron el de marcas siete carreras antes. Esta f1 es una broma.