martes, 3 de diciembre de 2013

Un incierto presente


Entre mis kilómetros visuales de metraje automovilístico y mis toneladas de fotografías relativas al motorsport, asumo que al final la cabra tira al monte y con cuatro chorradas soy capaz de montarme una película que huela a gasofa, aceite y goma quemada, que responda además y escrupulosamente, a eso que se nos escapa entre los dedos y llamamos presente.

Me he entretenido esta tarde tratando de buscar una instantánea que pillé en el Facebook, en la que se ve a Lauda en calzoncillos, calcetines, camisa, corbata y blazer, pero me alegro de no haberla localizado. Niki, a pesar de lo cansino, bocachanclas e imperfecto que resulta fuera de un coche, es un tipo al que le debo mucho en lo interno y por ello le profeso una saludable pasión. Antes que Alain, el austriaco fue mi calculadora, mi poquito a poquito, el tesón en que mirarme y el saber que a la postre, lo que siempre surte efecto son unas buenas manos al volante con un buen cerebro que las gobierne.

No está resultando fácil este 2013 al que le falta una nada para concluir, pero así y todo he encontrado este pasado mes de octubre un punto en que apoyarme para entender que no todo está perdido. Fue una luz tenue al principio, luego el cenagal de nuevo, pero esta vez con la constancia de que la negrura iba a tener término a poco que me espabilara. En fin, hace tiempo, bastante, para ser exactos, dediqué a Pedro una entrada en la que hablaba de una rana que de tanto evitar rendirse acabó convirtiendo el vaso de leche en el que estaba atrapada en una masa de nata y mantequilla de la que logró al cabo escapar. Pedro es hoy un tipo diferente a aquél individuo sobre el que escribí, milita en Ferrari y sigue disfrutando de la vida como si aquel presente jamás hubiese tenido lugar. De aquella rana del cuento que traje a colación jamás he sabido nada, como me ocurrió con la que vivió en primavera en la piscina de la urbanización...

Quién sabe si se volvieron príncipes y lograron atrapar a hermosas princesas, en todo caso ya no son presente y por tanto no cuentan, como no cuenta el carcamal que dirige nuestro cotarro, un individuo que sabe perfectamente de qué tejido estamos hechos y por ello pulsa constantemente el aquí y el ahora, como si el pasado nunca hubiese existido.

Si a Sebastian le silban y abuchean, Bernie nos dice hoy que el público le quiere. Si a Fernando le rompieron las piernas de su coche a comienzos de verano, Ecclestone nos enjuaga las dudas advirtiendo que el asturiano le ha defraudado porque esperaba que luchara por el título casi hasta el último suspiro, que no sabe, dice, si ha fallado el monoplaza, la escudería o el hombre que se puso a gandulear con otros equipos por ver de qué color podía pintar su futuro. De Pirelli y su fábula, el británico no ha mencionado nada.

Pirelli no es presente. Siempre quedará por ahí algún bobo que siga diciendo que el quid de este 2013 agonizante fue un problema de seguridad que afectó a todos los equipos por igual, y Bernie lo sabe, y por eso amartilla su revólver y sigue eyaculando balas del calibre .38 con sabor a renovado ahora por ver si los incautos pican, que picarán, seguro, que ya lo dijo alguno de nuestro abundantes héroes: la última carrera es la que vale.

¿Y a qué viene Felix encabezando esta entrada? Sencillo, a que Baumgartner y Ecclestone siempre saltan desde la estratosfera y van patrocinados por Red Bull, ya que ambos practican deportes de alto riesgo, el primero buscando sus propios límites y el segundo, los nuestros, sobre todo cuando dice una y otra vez, que la Fórmula 1 no podría vivir sin él.

Nos leemos.

4 comentarios:

Carlos Castellá dijo...

Los cementerios están llenos de gente que murió convencida de que el mundo no podía seguir girando sin ellos.

J-CAR dijo...

"La verdad es que en España hay siete clases de españoles... Sí, como los siete pecados capitales:
los que no saben;
los que no quieren saber;
los que odian el saber;
los que sufren por no saber;
los que aparentan que saben;
los que triunfan sin saber, y
los que viven gracias a que los demás no saben.
Estos últimos se llaman a sí mismos políticos y a veces hasta intelectuales".
Don Pío Baroja y Nessi, 1904.

GRING dijo...

Lo que dice Bernie hay que entenderlo en otra clave: ESTA F1 no podría vivir sin él, porque se basa en su método de origen totalitario y regido por el autoritarismo y la corrupción.Es como él la entiende y me temo que es el marco que encuadra su forma de ver las cosas. No puede imaginar nada distinto. Como los comentarios de hoy van de citas y refranes, yo estoy seguro que en el caso de Bernie no se cumplirá aquello de <otro vendrá que bueno te hará. Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Qué gran verdad Carlos. Eppura... si muove!