Hablando se entiende la gente

Don Luca está mostrando estas últimas semanas más actividad que en toda la pasada sesión. Como John Wayne en sus películas, no está escatimando munición ni esfuerzo y dispara en la actualidad a todo lo que se menea.

Iluso de mí, pensaba que en 2014 íbamos a tener entrenamientos privados salpicando el calendario, pero como tras tantas otras cosas que lleva entre manos la FIA, este asunto de momento sigue siendo un fleco que parece que hay que resolver, pues ha sido precisamente esta anómala circunstancia aprobada por equipos y federación a finales de 2008 —sí, también por Ferrari—, la que ha llevado esta vez a Montezemolo a seguir macerando a través de entrevistas y comentarios, ese nuevo escenario en el cual Maranello quiere volver a ser protagonista.

La lección dada por Red Bull en 2013 al respecto de cómo ejercer presión para obtener réditos inmediatos, ha debido sentar como una doble ración de aceite de ricino en el seno de La Scuderia, que vio en primavera cómo un campeonato por el que podía luchar se convertía gracias a su actual poco calado político en el paddock, en un fangal que a punto ha estado de hacer saltar todo por los aires, desde la relación de Alonso con su jefe a la credibilidad del propio equipo, ahí es nada.

Sea como fuere, bien está lo que bien acaba, que diría aquél. Ha sido desprenderse de Felipe Massa y que don Luca haya vuelto decidido a sostener las riendas de Il Cavallino como antaño, con firmeza pero también con unas enormes dosis de sutileza para la que confieso no estar demasiado preparado, como al parecer no lo están los miles y miles de tifosi que no han entendido todavía por qué se ha callado tanto durante esta temporada.

En fin, sin duda estamos ante un claro caso de alta política en la que cabe decir a toro pasado que lo sucedido con Pirelli ha sido un escándalo («Si nos dejaran hacer pruebas el escándalo de los neumáticos no habría sucedido»; Agencia EFE), pero que en el momento de haberlo atajado aconsejaba mirar para otro lado cuando no propinar algunas collejas en público al primer piloto.

Pero no me distraigo. Montezemolo lleva desde que terminó el campeonato tomando posiciones. Ha desplegado parcialmente sus fuerzas sobre el terreno y conforme se acerca el inicio de la próxima sesión, su lenguaje va subiendo de tono. Amenaza tormenta, seguro. Bernie y Luca suelen tener duros encontronazos entre caballeros, of course!, y tarde o temprano disfrutaremos de un nuevo duelo al amanecer entre estos dos pesos pesados de la Fórmula 1. Ayer le tocaba el turno a la ausencia de entrenamientos privados y al excesivo peso que tienen la aerodinámica y los simuladores en la actividad, pero llegaremos tarde o temprano al espinoso asunto económico y al reparto de los derechos, como si lo viera.

A la par que todo esto sucede, la FIA y su máximo representante, el presidente Jean Todt, siguen callados y en un aparente segundo plano, aunque conociendo el percal lo más seguro es que también estén trabajando en aras de mejorar su posición mientras el escenario se va llenado de protagonistas, y el río se revuelve lo suficiente como para que la ganancia de pescadores esté asegurada. Siempre es lo mismo y no auguro novedades.

Hablarán. Todos hablarán porque hablando se entiende la gente, aunque a la postre y como sucede siempre, los aficionados nos quedaremos de nuevo a dos velas, prestos a disfrutar mánsamente del espectáculo que nos servirán estos señores.

[Publicado en Diariomotor]