martes, 24 de septiembre de 2013

Catorce años ya


Todos los años suelo dedicar a McLaren una o dos entradas para recordar que desde 1999 no ha conseguido un miserable título de constructores, y que se salva de la quema en el de pilotos por aquel 2008 en el que Lewis se arrastró bajo la presión y la lluvia en Interlagos, hasta conseguir arañar finalmente el punto que le hacía falta para coronarse campeón del mundo frente a Felipe Massa.

Catorce años con este, que suelo echarle a la cara a la prensa inglesa en un acto de absoluta legítima defensa, pues si hay alguien que gusta ocultar sus miserias buscando grietas en Ferrari, es ella. De Williams, obviamente, ni hablamos.

Dicho esto, McLaren es otra de las escuderías por la que me caigo a cachos. El romanticismo tal me me pueda, pero la de Woking me ha gustado siempre, incluso cuando había que soportar a Ron Dennis, pero hete aquí que desde 1999 no se come un colín, y eso que recursos no le faltan y está repleta de ingenieros de la misma nacionalidad que Adrian Newey, razón por la cual la entrada de hoy va a ser más clemente que otras veces, ya que si bien el MP4/28 nació como diseño con dientes de leche (demasiado arriesgado para esta temporada pasapalabra), la realidad nos dice que a partir del cambio de gomas metido por Pirelli, si la británica tenía alguna oportunidad, esta se esfumaba conforme iban pasando las carreras.

Sea como fuere, una década y media es demasiado espacio se mire como se mire. Sin duda nos queda el buen sabor de boca de aquel año que pudo haber sido y no fue, 2007, en el que a McLaren le cayó una buena por haber hecho trampas copiando a Ferrari, pero en líneas generales, creo que podemos coincidir en que 14 años suponen una gruesa losa para cualquier escudería que se precie de ser llamada así.

Y aquí quería llegar, porque en esta vorágine de intento de explicación de lo que está sucediendo con Red Bull, en la que ha surgido la inevitable comparación con sus rivales, si la relación equipo, coche y piloto (yo metería también recursos), como se dice, se decanta en favor de la austriaca y Ferrari suspende, en el caso de McLaren supondría un cero patatero con aviso a los padres de expulsión.

La de Woking tiene muchísimos recursos y como equipo no tiene parangón. Fuerte y con una capacidad de reacción fuera de toda duda, ofrece por regla general muy buenos vehículos que son conducidos normalmente por grandes profesionales, aunque se ha convertido con el paso de los años en la eterna promesa.

Pero por suerte para mí y para Autosport, esta temporada hay excusa. McLaren ha pagado caro el error de apostar duro por esta sesión puente que ni es 2012 ni tampoco 2014, en la que han triunfado los esquemas y proyectos del año anterior, convenientemente elongados en el tiempo y por tanto necesitados de unos compuestos muy similares a los de la temporada pasada. El MP4/28, de puro innovador, no ha sido capaz de remontar el vuelo por falta de kilómetros, de tiempo, y por supuesto, por exceso de gomas.

Os leo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he llevado una desilusión este año con Checo. Parecía que se iba a comer el mundo y al final quien se lo está comiendo es el mundo a él.

Por cierto, no encuentro comparación entre los resultados de Ferrari el año pasado y los de McLaren en este.


King Crimson

J-CAR dijo...

Si es que además va a resultar que es Ferrari quien tiene la culpa, la pobre McLaren solo ha seguido el camino iniciado por los italianos pensando que podía ser un atajo para alcanzar a los austriacos. Y claro, así les va, se han perdido en el bosque como una caperucita rossa más. XDDDDDDDDDD
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!