Se nos llena la boca hablando de actitudes deportivas, pero si nuestro equipo o piloto no barre a sus rivales sobre la pista, el asfalto o donde sea, nos ponemos mustios y empezamos a buscar culpables olvidando que en lo nuestro, hasta que la bandera a cuadros dicta sentencia, todo es carrera.
Bien, el mozalbete de Heppenheim sigue en estado de gracia, pero si al segundo que dicen a estas horas que lleva de ventaja a Ferrari le sumáramos todos los segundos que ha ido acumulando desde que Pirelli aceptara beneficiar a Milton Keynes —Red Bull quiere una intervención dura por nuestra parte, pero no podemos
hacer eso por los otros equipos. La mayoría quieren que no hagamos
nada. Red Bull no puede esperar que creemos un neumático exclusivamente
para ellos, creo que han conseguido unir al resto en su contra (Paul Hembery, 20 de abril de 2013)—, la saeta azul que lleva el dorsal número 1 correría prácticamente sola.
Por suerte la cosa no va así. Incluso con las cartas marcadas, como ocurre este año, cada escudería juega su baza de la mejor manera posible, de manera en que no hay demérito alguno en utilizar el rebufo del compañero para calificar más rápido, sobre todo, cuando tal circunstancia apunta a que Maranello ha apostado por rentabilizar en orden de carrera la prueba más rápida del calendario. Obviamente, Red Bull ha puesto sus huevos en la cesta de salir delante, como siempre. Le va bien y no hay razón por la que debería cambiar de pie, ¿no?
Los coches de Adrian van de cine con aire limpio y con poco estrés sobre los neumáticos, como el Barça dominando el medio campo. Y ahí está el quid, en romper la estrategia del contrario, en meterle en aire sucio y hacer que las pase canutas, y eso es posible por mucho que nos pongamos como plañideras antes de tiempo.
El nuevo alerón delantero del RB9 señala a que los de la bebida energética van con poca carga aerodinámica y que por tanto necesitan guía para sujetarse al suelo. Hemos visto hoy [de nuevo], que no hay galgo que les pille, pero cabe recordar que con el depósito de combustible muy bajito de peso, lo que nos sitúa en que el primer tercio de la carrera de mañana va a resultar crucial, porque como entren en aire sucio a partir de la vuelta 20 pueden comenzar a pasarlas canutas (si llueve, otro tanto). En este orden de cosas, también hay que matizar que el F138 puede ser manco en calificación, pero en carrera y con todos los galones de combustible encima, resulta bastante molón porque su esquema dinámico (pull-rod delante y detrás) es más adecuado para circuitos de baja carga aerodinámica, como Monza, o mojados, como se prevé que puede celebrarse mañana la cita italiana, apunto.
Estamos por tanto ante dos planteamientos de juego (mira que me gusta poco el fútbol), y lo de hoy ha sido el entremés, no más, que dirían mis amigos mexicanos. Sebastian sale desde la pole y necesita la pole; Fernando parte quinto pero tiene otras necesidades, como por ejemplo pillar al alemán antes de que se active el DRS. Tres vueltas que pueden valer un campeonato, o no, quién sabe. En todo caso se acaba el martirio de las gomas que favorecen a Red Bull, porque como ya he apuntado en otra entrada, me juego la mano con que dibujo a que Corea, Japón, India y Estados Unidos van a ver endulzada la propuesta que haga para ellos Pirelli.
Hay que llegar vivos a Singapur, y de eso trata lo que ocurrirá mañana: rascar un tiempo precioso, y si es ganando, mejor que mejor.
Os leo.
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