Subidón, subidón

Mientras el sr. Adelson nos coloca en Madrid un Eurovegas, el sr. Ecclestone planta un circuito en Austin como quien pone el primer pino en una ladera que se promete bosque de coníferas. 

Lo cierto es que EE.UU. (¡ánimo Barack, mucho ánimo!) dispone de una amplia y arraigada tradición automovilística, incluso con trazados que hasta hace relativamente poco han albergado la F1, pero como venía diciendo, el circuito texano se plantea como un retorno de lo nuestro al otro lado del Atlántico y a tal fin, como el primer jalón de una nueva aventura deportiva precisamente en un territorio que respira aventura por cada uno de sus poros.

El Circuit of the Americas está situado al oeste del Golfo de México, en tierras calentitas cuya economía creció lo indecible gracias a que en sus entrañas había petróleo y a que sobre ellas había pastos abundantes para que pacieran las reses y huyeran despavoridos los indígenas que hicieran famosos a los cow boys de las películas. Y poco más se sabe de él, salvo que está cerca de Austin, capital del Estado Federal de Texas, y como insinuaba antes, que no se augura que vaya a llover salvo cataclismo o milagro; esto y que ha sido firmado por Hermann Tilke, el arquitecto diseñata de la Santa Casa (a la de Bernie me refiero), siguiendo la estela del planteamiento que ya usara el alemán en Buddh, con suaves subidas y bajadas, curvas enlazadas, etcétera.

Obviamente sí se sabe cómo es porque ya está terminado y no se prevén sorpresas en su inauguración como las habidas en Yeongam, y aunque me apunto a la corriente adoptada por las escuderías de tomarse el asunto de sus auténticas características con suma cautela hasta que los coches no comiencen a correr sobre él, sospecho, ¿qué digo?, ¡sé de buena tinta!, como todos vosotros, que al menos virtualmente ya ha sido recorrido en los respectivos simuladores de cada equipo, lo que no óbice para que hasta dentro de unos días, el viernes de la semana que viene para ser exactos, se dé por seguro que los ordenadores comenzarán a llenarse de datos reales con los que establecer las estrategias y esas conclusiones y cosas que se sacan de tanto aparatito como llevan las escuadras a cada prueba, y que transmiten vía satélite a sus cuarteles generales en Europa para que sean contrastadas con las estimaciones previas.

En este orden de cosas, el G.P. de los USA aparece en en horizonte inmediato como una bonita incógnita tanto para pilotos como para máquinas, no así para Pirelli, que sancionaba hace una semana o dos que lo bueno para este circuito era un combinado de gomas medias y duras a partir de los mismos datos que han originado que los departamentos de ingeniería de los equipos se hayan tomado el asunto con abundante papel de fumar.

No me preguntéis cómo lo ha hecho la milanesa, aunque intuyo que gastados los compuestos más blandos durante la primera mitad de la temporada, Pirelli está echando el resto por liberar stock de sus almacenes, y si yerra como en India, aquí paz y después gloria. Con decir que se ha sido en extremo cauteloso y que no había datos suficientes ya está el tema resuelto, aunque haya afectado a una carrera crucial donde se va a jugar el Mundial de Pilotos como los texanos reclamaron su independencia contra el General Santa Ana en El Álamo, a sangre y fuego.

En fin, esto ha sido todo por hoy. Os leo.