Habíamos quedado en que, por increíble que parezca pues existe material suficiente como para empaparse un poco, todavía hay quien se enreda con el asunto del Garage 56 [Nos visita la NASCAR (#BlueTrain/117)], y, aunque este rosario de entradas no sea el lugar más adecuado, vamos a tratar de desfacer este tuerto.
Someramente podemos decir que a partir del terrible accidente en la recta de tribunas de La Sarthe durante la edición de 1955 [El infierno, 1955 [(#24LeMans 23)], el ACO decidió acometer la carrera del año siguiente con unas mayores medidas de seguridad que afectaron a la calle de garajes y a la densidad de tráfico, sobre todo en los primeros compases de la cita, de manera que desde esa fecha jamás se ha superado la cifra de 55 vehículos en la parrilla de salida salvo en ocasiones muy concretas.
La primera de estas oportunidades surgió en 1963. Owen Racing Organisation inscribió un Rover-BRM propulsado por un motor de turbina alimentado por gas (Rover 2.0L Gasturbine) que fue conducido por Graham Hill y Richie Ginther. Su dorsal fue el 00 y ocupó el box número 56 aunque aquel sábado 15 de junio sólo partieron 49 coches. El trastillo no lo hizo nada mal. Terminó decimotercero a únicamente 29 vueltas del vencedor [Otra vez Ferrari, 1963 (#24LeMans 31)], pero no clasificó porque sólo participaba...
Tenemos ahora que venirnos hasta épocas más recientes, ya que es en 2012 cuando el Automobile Club de l'Ouest (ACO), oficializa Garage 56 como una ventana abierta en las 24 Horas de Le Mans a otro tipo de alternativas en cuanto a diseño o modelos de propulsión, y que, en 2023, será el ámbito donde se alojará la intentona NASCAR de la que hablábamos el otro día.
Podría aburriros algo más con esta bonita iniciativa, pero mejor os pasáis por la página oficial del ACO y os entretenéis un rato [24 Horas de Le Mans - GARAGE 56 El espíritu de Le Mans].
Os leo.
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