jueves, 12 de octubre de 2017

No me pidas que planche


Algo falla cuando cuando nos felicitamos (tanto) porque un piloto que ha firmado 48 puntos de los 52 que acumula su equipo —actualmente sexto en el Mundial de Marcas—, tiene previsto integrarse a partir de Austin en el esquema de una escudería que va octava en el Constructores (antepenúltima, para ser exactos) y suma tan sólo 42 puntos con lo aportado por sus dos conductores, por supuesto.

Sé perfectamente por qué me felicito (tanto) porque Carlos Sáinz haya dejado de ser uomo Toro Rosso, lo que no pillo, y mira que lo intento, es que cause tanta alegría que desembarque en Renault.

No se trata de que no quiera ver que el proyecto de Enstone puede gozar de un bonito futuro a partir de 2019 —siempre y cuando don Carlos Ghosn siga considerándolo goloso entonces, que está por ver—. Tampoco niego que la jugada de contar con Marcin Budkowski para 2018 tenga mucha enjundia. Creo en Alain Prost, me gusta Nico Hulkenberg... pero he visto desinflarse tantos globos prometedores que una parte de mí se muestra muy reacia con toda esta historia.

La salida de Frédéric Vasseur, hoy en Sauber, la permanencia de Cyril Abiteboul, por quien siento poca simpatía, lo admito, y desde luego, la presencia en la cúpula de uno de los pocos individuos a los que no dejaría un crío en brazos, Carlos Ghosn, son circunstancias que aportan un tinte siniestro a esta aventura.

Es una sensación, obviamente. Puedo equivocarme de plano. Pero tampoco ayuda la lectura que se hace desde los medios, en la cual, el «Asunto Renault» es tan surrealista que no hay por dónde cogerlo.

Renault va bien en Red Bull, por ejemplo, pero Milton Keynes ya ha puesto sobre la mesa que no sigue con la francesa en 2019. Renault va ni fu ni fa en Toro Rosso, pero Faenza montará unidades de potencia Honda en 2018... Y donde debería ir bien porque no intervienen terceros, en la escuadra oficial, Renault no da pie con bolo.

Joylon Palmer puede servir de excusa pero sólo hasta cierto punto. Muy bien podría ser que el piloto británico haya estado delatando con sus evoluciones en pista, la poca o nula consistencia de un monoplaza que en manos de Nico Hulkenberg tampoco es que haya sido la bomba, pues el alemán sólo ha sumado 34 puntos en 16 carreras, a 2'125 de media, lo que viene a ser un noveno más que octavo de toda la vida.

Comprendo que hacer las cuentas así queda pelín ramploncete, pero qué queréis, de alguna manera había que justificar que Renault sea antepenúltima en la actualidad. Palmer puede haber sido el problema, pero no es descartable que Hulkenberg haya sacado oro molido donde sólo había pirita en polvo.

Como decía al inicio, la gala navega en estos momentos tercera por detrás en la tabla de Marcas, a cola de Haas y con McLaren más cerca de lo que desearían en Enstone. Por muy ilusionante que lo vendan no veo la gracia por ningún sitio. A lo peor todo consiste en que me se me puede pedir cualquier cosa menos que planche.

Os leo.

2 comentarios:

enrique dijo...

Por lo único que me gusta este cambio es por irse a un equipo oficial... Y por dejar el equipo b de Red Bull, máxime teniendo en cuenta como suelen tratar a sus pilotos. Por lo demás comparto tu antipatía por Ciryl, me resulta un tipo inquietante...

Anónimo dijo...

Yo creo que están centrados en la próxima temporada los hombres de RSF1 hace tiempo y a pesar de que siempre hay muchas incógnitas de como funcionará el proyecto sobre asfalto frente a los rivales, el de Enstone me parece mas interesante que el de Faenza. Eso si, no hay que pedir peras al olmo. Hulkenberg es un buen piloto, gran clasificador, pero en carrera no lo veo tan bueno, si que es verdad que en ultimas carreras ha perdido muchos puntos por fallos mecánicos. De Palmer no voy a comentar nada, ya pasó.