martes, 10 de octubre de 2017

El Bottas perdido


Me hablan de Valtteri, el sobrevalorao, y sólo alcanzo a ver a un tipo que hace aquello por lo que le pagan.

Noble, más hormiguita que cigarra, el finlandés se encargó del afinado del W08 tras la salida de Nico a finales de 2016 —cosa difícil aunque no lo parezca—, pero como si existiese un guión preestablecido, que vaya usted a saber si lo hay realmente, está siendo cuestionado en estos instantes como si pareciese que Lewis camina solo sobre las aguas, como si fuese posible, como si lo hubiese hecho estos últimos años.

La trama es tan simple como el mecanismo de un chupete: la prensa está haciendo lo mismo con Bottas que con Rosberg.

Ningunear se llama. Nadie pregunta si está echando demasiadas horas en el simulador puliendo el W08 o preparando el W09 de 2018, ni si esta mera posibilidad que encaja en su ámbito de competencias laborales puede estar lastrando su desempeño de esta temporada. Se traza una línea recta que no atiende a lo que debería atender, y el de Nastola amanece chafado ante los aficionados, que pican el anzuelo y entienden lo que conviene entender. Punto pelota.

El vehículo de Brackley ha mejorado lo suyo. No es el de comienzos de campaña ni por asomo. De sufrir con las gomas ha pasado a entenderlas y aprovecharlas. De ir muy ligero delante pasó a ir ligero de atrás y ahora vuelve a ir casi sobre raíles. Hay mucho trabajo detrás... ¡los ingenieros, que son la polla!

Valtteri está como perdido, dicen. Hombre, la vida del segundo piloto siempre es complicada aunque también es verdad que hay escuderos y escuderos. Cuando el líder de la manada vale para un roto y un descosido, ser segundo resulta incluso cómodo, pero cuando el uno es bisoño, o carece de experiencia o simplemente no sintoniza con la herramienta, el dos curra de cojones y por partida doble. Ahí creo que podemos encontrar perfectamente al Bottas perdido.

Nunca es bueno estar en el coche y no notarte al 100%... Existe cierto grado de frustración en estas palabras, pero también delatan falta de concentración, quién sabe si por exceso de trabajo ajeno a la pista.

No es por nada, pero los coches de 2018 ya están definidos y el primer lugar donde se prueba si todo está en orden es en el simulador. Ocurre a lo largo y ancho de la parrilla, en McLaren, en Williams y por supuesto, en Mercedes AMG. Nico se encargó de este cometido la temporada pasada, por eso (entre otras cosas), el alemán acabó como acabó en Abu Dhabi: exhausto, agotado más allá de lo que comprendía la prensa y nos llegó a nosotros. Por eso se eligió al titular del dorsal número 77: porque era el más adecuado para completar el trabajo.

Bien, se comenta que parece un poco injusto que Brackley ayude a un tipo tan sobrevalorado como Valtteri a conseguir su primer subcampeonato, se insinúa que no lo merece, pero se me ocurre que a lo mejor el segundo puesto es una bonificación pactada. Primero el cuarto de Lewis, luego los vehículos de este año y del siguiente, y por último, la merecida recompensa a tanto esfuerzo lejos de la luz de los focos.

La Fórmula 1, que siempre nos da sorpresas... como la vida.

Os leo.

1 comentario:

enrique dijo...

Supongo que tienes razón. Pero creo que el tener el contrato por un año sólo hace que aceptes órdenes sin rechistar. Yo, personalmente, y sin jugarme un contrato nuevo con Mercedes, le hubiera puesto mas arrojo. Un all in de toda la vida.