sábado, 21 de octubre de 2017

55 en amarillo


Desconociendo en qué menesteres andaba entretenido Nico Hulkenberg, el estreno de Carlos Sáinz en Renault ha sido firmado con éxito... sacar conclusiones a partir de aquí, ya, si eso, me parece un poco negligente y desde luego, bastante precipitado.

No contenta con ver al madrileño lejos de Toro Rosso, la peña ha sucumbido a las prisas y ya quiere ver cómo vapulea a su nuevo compañero, pero honestamente lo digo: el juego no consiste en eso, al menos a estas alturas de la película.

Sí, ya sé que la prensa nacional y algún descolocado por ahí, en las afueras, ha perdido el culo a la hora de sustantivar los logros del español en su primera toma de contacto con la de Enstone. Y está bien, no me malinterpretéis. Que los aficionados se feliciten y alegren por cualquier hazaña, incluso menor, me ha parecido siempre bien y me lo seguirá pareciendo, lo que me preocupa de este asunto es que en Fórmula 1 hay demasiados globos que se inflan con el único interés de ser reventados en cuanto gozan de un generoso tamaño.

Ayer, si no me fallan las cuentas, era viernes aquí y en el COTA, y los viernes son territorio resbaladizo siempre, en todas las escuderías, para todo el mundo. Desconocemos qué plan de trabajo tenía Renault para la jornada, de qué parte se ocupaba Nico y cuál le tocaba a Carlos. No sabemos, tampoco, si la gala mostró interés por endulzar los primeros momentos del sustituto de Palmer. En realidad, se nos escapa la mayor parte de circunstancias que aportarían contexto a lo que sucedió ayer, como ocurre todos los viernes de la temporada.

Dicho lo cual, Sáinz se mostró sólido con su nueva herramienta, como ha venido siendo habitual en Faenza. El cuidado corte de pelo que luce este fin de semana no le ha quitado vigor, como a Sansón, y desde el instante mismo en que tomaba entre sus manos el volante del RS17 demostró por qué se puede seguir confiando en él y por qué hacía falta en Enstone: pundonor, profesionalidad y velocidad.

Renault, como escudería, es un proyecto relativamente joven que está a punto de comenzar su despegue. Después de un año de aparente pasapalabra en el que se sentaban las bases de los años venideros, en 2017 los resultados no han acompañado en absoluto. Octava en el Mundial de Marcas en la actualidad, con problemas, lo cierto es que Carlos Sáinz ha desembarcado en sus filas para echar una mano y tratar de mejorar las cosas, ni más ni menos.

En este sentido, la lectura de los tiempos obtenidos durante la primera y segunda sesión de libres del Gran Premio de los USA, no creo que sirva para otra cosa que para certificar que Carlos sigue gozando de un estupendo estado de forma y que el paso de Toro Rosso a Renault no le ha supuesto ningún trauma ni le ha acarreado un aumento de presión. Muy al contrario, Sáinz está en Austin donde estaba en Suzuka y pruebas anteriores, con lo que lo del estreno prometedor a lo peor nos viene un poco grande a todos, a quienes lo vierten en medios sin reparar en que les puede estallar en la cara, y a quienes lo compran olvidando que las carreras se disputan en domingo.

Renault no va a cambiar de la noche a la mañana, si acaso, el número 55 sobre fondo amarillo servirá a partir de ahora como revulsivo tanto para el equipo como para Nico Hulkenberg. Todo en orden, que decía aquél, porque ésa es la razón por la que ha sido contratado el madrileño por la del rombo.

Os leo.

4 comentarios:

enrique dijo...

No hay manera de hacer entender a nadie que los viernes son para lo que son. En ninguna escudería vale la pena sacar conclusiones. Pero hay que vender periódicos.

Anónimo dijo...

Carlillos no ha dejado de sonreir en lo que llevamos de fin de zemana de GP...espero que dentro de unas horas uando la carrera haya finalizado sonría aún más ��

Fleichié dijo...

Los viernes son viernes . Pero en la qualy más de lo mismo . Es pronto aún , pero pinta bien la cosa.....esperemos que pronto consiga su primer podium , aunque no será fácil .

Josep dijo...

¿Alguien se fijó en como los RB adelantaron a Carlos en recta?
Igual de fácil que al Maclaren, y eso que llevan el mismo motor...