lunes, 24 de julio de 2017

Speaking in silver


Resulta inquietante que un tipo como Toto Wolff se permita el lujo de decir en público a Romain Grosjean que tiene suerte de estar en la Fórmula 1, que Lewis se está construyendo un legado como uno de los más grandes pilotos de la historia, o que Darwin dijo que la especie que mejor sobrevivirá será la que se adapta... 

Entendedme, es inquietante porque no hay cojones en la prensa para preguntarle al austriaco, hasta que conteste de una puñetera vez, si hay algo de verdad en aquello que insinuó Bernie en 2014 o, sin ir tan lejos, en lo que dejó entrever Luca Cordero di Montezemolo a principios de este mismo año, acerca de que Mercedes-Benz ha jugado con ventaja, con mucha ventaja, en esto de la etapa híbrida.

Hoy ha surgido la noticia de que a partir de Monza se permitirá integrar en el flujo combustible una porción que no exceda de 0'9 litros de aceite por cada 100 kilómetros recorridos —mezcla totalmente prohibida hasta el momento—, que deberá quedar por debajo de 0'6 litros a partir de 2018. Os lo explico: la FIA, incapaz de parar la maquinaria de Brackley una vez más, ha consentido bajo cuerda que alguien se haya saltado desde Australia la prohibición de marras, hasta que cumpliendo a rajatabla la normativa se han visto las orejas al lobo de que se acababa el campeonato por una simple regla de tres, y en verano, para más bemoles.

Obviamente los protagonistas de esta historia no son ni Renault ni Honda, que bastante tienen con lidiar con sus nuevos diseños cazafantasmas sacrificando la campaña 2017. Todo apunta a que Ferrari ha podido andar sorteando el reglamento con tal de cazar a la escudería del que va por la vida dando recetitas más propias de un manual de autoayuda que de la seriedad que se le arroga por su posición en la (de momento) tricampeona del mundo.

He escrito demasiado sobre lo que nos estaba costando que Bernie saliera de rositas del caso Gribkowsky como para que no me aburra volver a mencionarlo. Pero a tenor de los datos, naufragio de la normativa revolucionaria de la muerte 2017 mediante, se ve que si nadie trampea detrás no hay manera de parar los pies al fabricante, y a su equipo oficial, que tienen al deporte agarrado por los huevos hasta 2021.

Mi abuela se preguntaría si para este viaje hacían falta alforjas y ya os digo yo que no. Hablando en plata: estamos jodidos y vamos a seguir estándolo hasta dentro de cuatro años si nadie lo remedia, así que solicito a las fuerzas vivas de lo nuestro que si no tienen agallas para recordar a Toto lo gilipollas que puede llegar a ser cuando abre su puñetera bocota, tiren del repertorio de don Miguel Gila y le hagan preguntas puyita hasta que lo aburran:

Me sé de uno que hizo unas pruebas ilegales con neumáticos en 2013... ¿lo conoce usted? ¿Se siente orgulloso de haber conseguido que la Fórmula 1 aceptara como futuro viable en 2012 una propuesta que llevaba probando Mercedes-Benz desde 2007? ¿Se siente limpio cuando mira lo que ha conseguido desde 2014 a esta parte? ¿Ha merecido la pena cargarse el espectáculo por un puñado de trofeos? Si Romain tiene suerte, ¿cómo definimos la flor en el culo que tienen ustedes? ¿Cree que la evolución darwiniana consiste en que los rivales no tengan sombra donde cobijarse? ¿Le parece bonito ejercer de matón en una guardería...?

Pues nada... Os leo.

4 comentarios:

Cao Wen Toh dijo...

Desde 1956 la Fórmula 1 ha deseado que volvieran las flechas de plata a sus pistas. Éste es el precio.

enrique dijo...

Aplaudo hasta con las orejas. Esto es cambiar las medidas de las porterías en la media parte porque el resultado es 0-0. 65 pollas, que diría Roberto!!!!!

Unknown dijo...

10/10 Genial como siempre.

Keskus dijo...

Bravo, sublime, enorme José, no pares nunca