martes, 25 de julio de 2017

Kubica y la tercera de Newton


Ayer me topé con alguien que llamaba tullido a Robert, y si es cierto que no hay nada reprochable en tildar así a quien tiene maltrecho el brazo derecho, por el contexto en que se vertió el adjetivo maldije instintivamente el acné que intuí detrás del avatar de Michael Schumacher, rezando para que cuando me vengan mal dadas de nuevo —desgraciadamente estos episodios siempre retornan, como las golondrinas en primavera—, cuente a mi lado con al menos un tullido que los tenga tan bien puestos como el polaco.

Vivimos totalmente atontados, y ya sé que no descubro nada, pero si esto es malo entre los aficionados de cierta edad, resulta insoportable en el caso de los zagales que no conocen a qué sabe el aire que rodea las cuatro paredes de su apasionamiento. 

Narcotizados por las promesas de inmediatez y eterna juventud, no distinguirían un héroe ni así se les presentase llamando a la puerta de su casa con el currículum en la boca.

Cómo le vas a pedir a esta gente que haga el esfuercito de tratar de entender quién es Robert Kubica, a qué infierno viajó y cómo ha vuelto de él subiendo peldaño a peldaño una escalera que habría derrotado al 98% del género humano. Cómo les dices que el miembro lastimado del de Cracovia es una herida de guerra a la que se ha impuesto con la mano buena, con la cabeza, y con toneladas de trabajo, de tesón, y de pasión por el mundo de la competición sobre cuatro ruedas...

Nadie le ha regalado nada. No produce lástima ni mejor lo deja porque su tiempo ya ha pasado. Se ha hecho acreedor a un hueco en la actual Fórmula 1 porque se ha ganado a pulso la oportunidad de demostrar que su experiencia sigue sirviendo para algo y que mantiene intacta su capacidad de ser útil a los planes de una escudería... Porque encaja, en una palabra.

Resulta muy cansino tener que recordar estas cosas, pero en nuestro deporte nadie da un penique a cambio de nada, menos un dólar, y puesto que ya somos mayorcitos y sabemos hacer cuentas, que Kubica se suba al RS17 después de Hungría sólo significa una cosa: que alguien se está pensando contar con él porque Robert ha hecho todo lo necesario para resultar atractivo de nuevo.

Os leo.

4 comentarios:

javier dijo...

Qué se puede esperar de ésta generación de ninis....?

Unknown dijo...

Kubica / Alonso 2018???

Elín Fernández dijo...

Hola José:
Hay muchos que detrás de un avatar de el que intentó casi matar a Barrichello en Hungría esconden su acné (15 añeros) y que escriben y hablan todo lo que le viene a la boca sin saber. Desgraciadamente el acceso a Internet no se puede regular por la edad. Y lo digo porque, a veces, caemos en las redes de "arañitas" como estas y luego nos damos cuenta que estamos perdiendo el tiempo con ellos.
El polaco es un talentoso piloto, de eso no hay dudas, que por mala fortuna se vió envuelto en aquel accidente que tronchó su carrera. ¿Quién sabe lo que pudo haber logrado de no haber pasado?

enrique dijo...

Sólo espero que no sea una operación de marketing de Abiteboul. Robert merece la oportunidad, por lo menos de medirse en tiempos con pilotos de ahora. Quien sabe? Viendo las medianías que pululan por nuestra parrilla, quizás se le abran más puertas. Ojalá!!!