El parte de guerra fue sucinto: «Spielberg a las tal y tal del día tal de tal. Vehículo número 14 derribado por fuego enemigo a pocos metros de iniciar el vuelo. Piloto extraído y fuera de peligro. Monoplaza número 2 completa fin de semana sin problemas. Conductor en casa.»
Decíamos ayer —no me lo toméis al pie de la letra, coñe— que McLaren-Honda está en configuración de inicio de temporada. La unidad de potencia japonesa sufre todavía de algunos problemas de juventud, ejem, ejem, pero el MCL32 puede por fin comenzar a aprender a caminar, lo que viene a suponer mucho más de lo esperado con la de malos augurios por centímetro cuadrado que nos han caído encima desde los entrenamientos de Montmeló.
Es verdad que Stoffel terminaba con vuelta perdida, pero el Red Bull Ring es chiquitito y encima al belga le endosaron 10 segundos de penalización por no sé qué cosa que le pasó con las banderas azules, vamos, que si de Checo Pérez (7º) para abajo todos los que terminaron lo hicieron como doblados, con más razón se le afeó la carrera al de Woking...
Sí, soy consciente de la que estoy liando con estas líneas después de que hace algo más de una hora ha trancendido que Mercedes-Benz ha filtrado a través de su prensa amiga que Honda ha podido romper con Sauber. No sé si es cierto o no y la verdad, me importa poco como quede el asunto. Siempre he sospechado, y así os lo he dicho, que la de las tres puntas ha sido la artífice de la mayoría de golpes bajos que han surgido desde los medios contra la nipona en lo que llevamos de espacio de convivencia entre boches y japos. ¿Recordáis?: ¡los segundos llegaban al Circo con ventaja en 2015...!
Bueno, si acierto en que esto no afecta a McLaren-Honda, recordadme que os cuente cómo la del sol naciente ha ganado la primera batalla sin despeinarse y sin luz de focos. Si yerro, huelga decir que me guardaré mis argumentos en el baúl de los recuerdos.
En fin, seguimos en que Honda ha cumplido los pronósticos para Austria (los míos, circunstancia que no deja de ser asombrosa), que de no ser por Daniil y su fogosidad en Spielberg, podríamos estar hablando de más cosas, y en que la cita importante asoma las orejas este mismo fin de semana: Silverstone, Gran Premio de Gran Bretaña, lugar donde en toda lógica debería notarse una vuelta de tuerca más ahora que chasis, aero y propulsor han empezado a ir de la mano.
La unidad de potencia Honda empieza a suministrar caballos y ha alcanzado un grado de fiabilidad que como veníamos diciendo, debía corresponderse con la que habría sido deseable en el Gran Premio de Australia pasado. Pero la realidad es eso que nos queda cuando dejamos de soñar o cuando comprendemos que soñar es inútil, así que atémonos los machos y preparémonos para encarrilar con optimismo la mitad de temporada que nos queda por delante.
¿Optimismo? Sí, lo he dicho...
La semana que viene seguimos con los Informes de avances. Os leo.
Sí, soy consciente de la que estoy liando con estas líneas después de que hace algo más de una hora ha trancendido que Mercedes-Benz ha filtrado a través de su prensa amiga que Honda ha podido romper con Sauber. No sé si es cierto o no y la verdad, me importa poco como quede el asunto. Siempre he sospechado, y así os lo he dicho, que la de las tres puntas ha sido la artífice de la mayoría de golpes bajos que han surgido desde los medios contra la nipona en lo que llevamos de espacio de convivencia entre boches y japos. ¿Recordáis?: ¡los segundos llegaban al Circo con ventaja en 2015...!
Bueno, si acierto en que esto no afecta a McLaren-Honda, recordadme que os cuente cómo la del sol naciente ha ganado la primera batalla sin despeinarse y sin luz de focos. Si yerro, huelga decir que me guardaré mis argumentos en el baúl de los recuerdos.
En fin, seguimos en que Honda ha cumplido los pronósticos para Austria (los míos, circunstancia que no deja de ser asombrosa), que de no ser por Daniil y su fogosidad en Spielberg, podríamos estar hablando de más cosas, y en que la cita importante asoma las orejas este mismo fin de semana: Silverstone, Gran Premio de Gran Bretaña, lugar donde en toda lógica debería notarse una vuelta de tuerca más ahora que chasis, aero y propulsor han empezado a ir de la mano.
La unidad de potencia Honda empieza a suministrar caballos y ha alcanzado un grado de fiabilidad que como veníamos diciendo, debía corresponderse con la que habría sido deseable en el Gran Premio de Australia pasado. Pero la realidad es eso que nos queda cuando dejamos de soñar o cuando comprendemos que soñar es inútil, así que atémonos los machos y preparémonos para encarrilar con optimismo la mitad de temporada que nos queda por delante.
¿Optimismo? Sí, lo he dicho...
La semana que viene seguimos con los Informes de avances. Os leo.
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