martes, 4 de julio de 2017

La tragedia de Pascal


He dormido a pierna suelta, y lo digo por aquellos que esperaban que lo de Vettel me quitara el sueño. 

Nos retratamos a diario y es cierto que yo lo llevo más jodido que vosotros porque me expongo aquí cada jornada. Dejémoslo en que para mí todo esto consiste en esperar a ver de qué lado cae la pelota, porque la pelota siempre cae y porque Sebastian no ha hecho pupita al asturiano, precisamente, sino al hijo del viento, a Lewis, y eso a lo peor no se lo perdonan tan facilmente los chicos de la british press ahora que el de Tewin tiene posibilidades de ser tan tetracampeón como el alemán, venciendo, además, a la pérfida y tramposa Maranello.

Y al lío, que decía aquél.

Mientras recupero el tono muscular y vital perdido durante el último acople espacio temporal povocado por mi santa madre (Matitxu está como una rosa, vaya por delante), no dejo de pensar en el poco valor que le damos a la memoria de toda la vida, ahora que incluso para saber cómo hay que ponerse los calcetines puedes recurrir a Google o a Youtube y para recordar lo que sucedió anteayer... pues lo mismo.

Me ha dado por grabar conversaciones a media tarde con ella. Cuando se vaya me quedaré aún más solo que hoy y habrá muchas cosas familiares, muchos hechos y acaecidos comunes, muchas confesiones, que pasarán inevitablemente a ser subjetivas y opinables. Así las cosas, pensé un día en la falta que me hará entonces volver a escucharla, a escucharmos juntos retratando nuestras heroicidades y miserias delante de una grabadora digital, cuando todavía tenemos tiempo antes de que la lluvia congele para siempre nuestras lágrimas y risas. 

No me distraigo. Quiero hablar de uno de esos tipos que si hace lo que hizo Hamilton en Bakú se habría llevado la del pulpo por infringir el Art. 39.5, y que si hace lo que Vettel, habría sido desterrado durante varias carreras por conducta peligrosa.

Pascal no tiene suerte. Ni está donde se merece ni le haremos justicia jamás. A poco que pase el tiempo diremos de él que no supo elegir equipo u oportunidades.

Desgraciadamente es tan sencillo como esto que digo: negamos que la Fórmula 1 funciona a dos o tres velocidades distintas, defendemos que Tetra Laval defienda los intereses de Ericsson y los imponga a Monisha porque a fin y a cuentas la sueca que vive en Suiza paga las aventuras de Sauber, y cuando Kaltenborn cede a las presiones y abandona empezamos a barajar nombres de pilotos para jugar a que discernimos antes que nadie el mejor futuro para la escudería que fundó Peter.

Y Pascal ahí, muriendo deportivamente un poquito más cada temporada que pasa...

Os leo.

4 comentarios:

Raven_ace dijo...

Es fráncamente lamentable que no podamos tener los mejores pilotos que el dinero pueda pagar sino los pilotos que más dinero pueden poner (ya se directa o indirectamente).

Keskus dijo...

Un buen ejemplo es Roberto Mehri, una verdadera lástima.
Ericsson es un piloto que recordemos, quedó retratado por varios pilotos en Caterham, incluido el debutante Lotterer en Spa.
Saludos

enrique dijo...

Pascal esta totalmente amortizado por parte de Mercedes. La decision de llevar a Ocon a Force India, ya le tiene que haber dado pistas al alemán. Siempre quedará el DTM.

Lady Adhyra dijo...

A veces parece tan facil ser un chico Mercedes... Pero luego esta Pascal, solo ante sus circunstancias ahora que Monisha fue invitada a abandonar ese barco que tanto lucho por mantener a flote...