Los tropiezos impensados con los viejos amigos siempre tienen un aroma especial, como si el tiempo se hubiese detenido, congelándose en una mota de polvo que conforme transcurre el encuentro se va desplegando hasta configurar un universo repleto de luces y sombras, de alegrías y tristezas, que si no es idéntico a aquél que se compartió, sí resulta muy similar aunque profundamente distinto, no sé si me explico.
Ha vuelto Flavio y con él Pieter Hugo y sus hienas, pero sigue sabiéndose poco de aquel enigmático testigo X que delató al jefe de Renault en lo del crashgate sin apenas pruebas pero bien protegido bajo el anonimato, siendo mano derecha de Mosley, el principal instigador del proceso, y teniendo en su haber el mérito de ser capaz de destrozar un R28 prestado tras haber recorrido poco más de 50 metros en línea recta.
Qué cabrones eran y qué cabrones seguimos siendo. Nos espantamos porque el jeque Al-Fahad pudiera dar su voto a Tokio después de haber ¿cobrado? por apoyar la candidatura de Madrid como sede olímpica, pero seguimos creyendo que en toda aquella oscura historia Briatore fue el personaje más pérfido y manchado de todos.
Pero a Flavio, la justicia civil, la que realmente vale, no nos engañemos, le acabó dando la razón porque el juicio de la FIA fue ilegal, o de pandereta, como diríamos por aquí, y aunque ya era tarde para el italiano porque don Carlos Ghosn había decidido sacrificar a la cúpula del por entonces su equipo con tal de no buscarse problemas, el asunto acabó como acabó y hoy suena un poco a cadáver desenterrado.
Nos reímos mucho y escribí también mucho durante la segunda mitad de 2009 sobre todo aquello. Perdí lealtades y gané algunos enemigos, pero a Flavio lo llamé «El domador de hienas» y hoy es el día en que no me arrepiento. Y es que a pesar de sus turbios antecedentes, Briatore me sigue cayendo simpático porque en el paddock y fuera de él, es uno de los pocos individuos capaces de llamar pan al pan y vino al vino.
Y como decía antes, ha vuelto, no para decir que el KERS servía mejor como ancla que como apoyo al vehículo —con la suficiente visión de futuro como para que a sus palabras de comienzos de 2009 le siguiera la evidencia de que la mayoría de equipos abandonarían su uso y al año siguiente, este quedaría en suspenso a la espera de que dejara de ser un auténtico problema para todos—, sino para señalar a los ingenieros como los principales causantes del tedio que estamos soportando.
Recuerdo que hace mucho tiempo escribí sobre la necesidad de que los equipos de desarrollo en Fórmula 1 contemplaran seriamente la posibilidad de integrar en sus filas a hombres de letras, filósofos, artistas, poetas, y cómo un representante del campo de las ciencias que leía este blog me recomendó que me limitara a pintar neumáticos...
Qué cabrones éramos y cuánto nos seguimos riendo.
Os leo.
3 comentarios:
jose, que recuerdos nos quedaran en la mente de la verdadera F1, la que murio la teporada pasada, por mas que sta nueva etapa era o lo que sea traiga emociones, nada nos deolvera ese sonido que hacia poner los pelos de punta al colocar la cama on-board. desde mi pais las carreras del otro lado del mundo son a la 1 o 2 de la madrugada. en todos stos años que llevo vindo f1 nunca me senti tan aburrido y robado (el sueño) por ver una carrra, solo espero que a falta de rido y emocion de esta carrera inaugural llegue almenos la emocion porque el ruido del ruir de los motorres ya se que tardaremos mucho en volverlos a escuchar. diria qe en 10 años minimo volveran, no haran este experimento de 5 años esprando los turbo para que en 5 años ya los eliminen..
os leo siempre todo y cada uno de tus articulos, espero seguir leyendolo por muchos dias mas.
Carlos Ollarves.
Venezuela.
Estoy deprimido. Me siento como un niño al que le han quitado su juguete. Creo que es antinatural, que va contra el espíritu de este deporte, la aplicación de normas que lo que hacen es castrar a los pilotos. Sí. Lo siento. Tengo que decirlo. En la pista de Melbourne vimos a casi dos docenas de castrados dando vueltas en la pista. Fórmula 1 es ruido, velocidad, pasión, motor, derroche... Ahora lo han reducido a salas asépticas con veinte ingenieros (¡qué peste de profesión si les dejan solos!) conectados a sus ordenadores analizando el flujo de combustible por hora. ¿Alguna vez alguien vio norma más disparatada, inventada seguramente por algún ingeniero británico -esto es: mofletudo, carente de testosterona y según sobrepasa los cincuenta años cada vez más parecido físicamente a su madre-?
No sé si soportaré la semana que viene este espectáculo deprimente de nuevo.
Aficionando: Es lo que quieren. El máximo control de cada detalle de la F1. Control de rpm de los motores, del consumo, de la calidad de las gomas que pueden utilizar,de cuando tener potencia extra eléctrica...¿Todo para qué?. Para poder decidir en cada momento la deriva de la competición. Poco a poco lo han logrado: De la más pura y genuina F1 cuya bandera era la máxima libertad a una F1 controlada hasta el mínimo detalle.¡Y por el bien del espectáculo y del negocio!, como no se ocultan en proclamar. Pintan bastos ...A ver quien lleva los triunfos.
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