Como colectivo no tenemos desperdicio. En cuanto nos dejan, nos pasa
como a nuestro actual gobierno, que no sabe hablar de lo que le gusta o
tiene pensado hacer sin verse obligado a mencionar al otro, al ya sabes de las conversaciones con la vecina, al innombrable de Harry Potter, al Lord Voldemort Rubalcaba…
Bromas aparte, sí que somos la leche, o al menos a mí me lo parece.
Criticas a Vettel y te sale Alonso hasta en la sopa; tratas de poner en
valor a Webber, y tienes Massa para dar y para tomar, vamos, hasta
hartarte. Y todo porque en el fondo somos frikis aunque no lo reconozcamos y mal que nos pese. Frikis
hasta la médula, desde que nos quitamos las sábanas de encima por la
mañana hasta que volvemos a acostarnos en la cama; carentes de cintura o
faltos de holgura en las perspectivas que adoptamos, lo que queráis que
sea todo esto que nos pasa.
Así las cosas, no es extraño que necesitemos que nos miren desde
afuera para que podamos vernos tal cual somos, como una afición algo
mezquina con lo nuestro, que sin embargo tolera mal que alguien se meta
con lo que ha adoptado precisamente para diferenciarse de lo nuestro,
porque en este asunto, como en otros, anida el fétido aroma del
antagonismo por el antagonismo, de lo excluyente como paradigma, de la
excusa y la negativa como razones mayúsculas.
¿Se puede ser aficionado sin ser de uno u otro piloto. Se puede
disfrutar con la F1 sin pagar el peaje de pertenecer a tal o cual
escudería…? Diría que sí, que se puede ser alonsista y
disfrutar con otros pilotos, o valorarlos, o defenderlos a capa y
espada, incluso aceptando que le han mojado la oreja al asturiano, entre
otras cosas, porque yo lo hago cada día.
De la misma manera, intuyo que se podría ser vettelista o hamiltoniano, o kaiseriano, sin necesidad de tener que recurrir a denostar al de Oviedo…
Con vuestro permiso voy más lejos. Por poder, pienso que se podría
criticar a cualquier conductor sin necesidad de verse obligado a
defender al que supuestamente es tu ídolo, más si cabe, si año tras año,
la prensa especializada de allende las fronteras y la propia parrilla,
lo elevan a la categoría de mejor piloto y de ahí no lo apean.
Quiero decir con todo esto que tener afinidades no significa vender
el alma al diablo, ni que disfrutar con Fernando tenga que suponer por
narices perder el sentido de las cosas, por muy español que sea. Mal que
quieran algunos, nuestro bicampeón es un tipo especial que ha nacido en
nuestra tierra, como Nadal o como Llorente, o Puyol, o Gené y García;
gente extraordinaria en todos los sentidos de los que sólo cabe sentirse
orgullosos, por lo que nos dan en el terreno de juego, en la pista o
sobre el asfalto, y por lo poco que piden a cambio.
Soy alonsista, me gusta Alonso, pero no me he vuelto ciego a
la hora de valorar todo esto, porque también disfruto con lo mejor que
destilan sus rivales, y si les critico en apariencia más a ellos que a
nuestro compatriota, o lo parece, no se debe a otra cosa que a que la
prensa especializada foránea y la parrilla entera siguen empeñadas en
señalarlo año tras año como el mejor. Algo sabrán ellos que no sabemos
ver nosotros, digo yo, de manera que hasta que la cosa no cambie de
viento y dirección, aquí seguiré dale que dale, comparando al resto de
los componentes de El Circo con un chaval cuyo único pecado es haber nacido aquí, muy cerquita de todos nosotros.
Decía al comienzo, que como colectivo no tenemos desperdicio, y es
que estamos fondones, tenemos nuestras manías y el uniforme no nos cabe
ni con calzador. Vamos, que somos frikis aunque no lo admitamos. Yo el primero.
3 comentarios:
Pues nada: Feliz día de hoy a todos los frikis de la F1, de todos los niveles de frikismo.Si es que mi hija, al final, tenía razón...
Buenos días.
Gring ;) Sí, amigo, nuestros hijos al final siempre dan en el clavo XDDD
Un abrazote
Jose
Gran post José, como en todas las cosas de la vida hay personas más moderadas y otras más extremistas, supongo que el asunto de Alonso se ve de cerca por que es el Piloto local, pero me imagino que en Alemania por ejemplo también debe darse el fenómeno de los pro y los anti de Schumacher, la prensa en general tira de lo que tiene salida, incluso los periodistas más serios son empleados de medios que pautan cuando menos las líneas generales de por dónde deben ir las noticias.
saludos
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