jueves, 31 de mayo de 2012

El indio bueno


No acostumbro a dejar que las afinidades de la gente que me gusta interfiera en lo que siento por ellos, ni por supuesto me afecta dónde militan fuera de todo esto o qué desempeño tienen allí... Sin ir más lejos, Fernando es seguidor del Madrid, Pedro del Barça, Jaime del Español, y yo tiro para un Athletic Club que se acaba de partir los piños frente a un Atleti y un Barcelona que simplemente han sido mejores en el campo. En lo político, por no interesarme no me interesa ni con quién se sacan la foto.

Cada cual es cada cual y el ámbito privado para mí es sagrado, ya que considero que ni es asunto mío el de otros ni me gusta que nadie se meta en el mío.

Tampoco es que vaya de santo. Cuando lo de Fernando en McLaren, por ejemplo, me posicioné rechazando las ofertas de Vodafone porque Movistar me maltrataba mejor, renuncié a comprar acciones del Santander, o sin dudarlo siquiera un poco, decliné adquirir un Mercedes para guardar su importe bajo el colchón de mi cama. Eso sí, no fui capaz de ser desleal a Johnny Walker, lo confieso.

Aunque mis conflictos pequeños procuro que siempre vayan en serio, de hecho llevo sin comprar made in Germany desde que la Merkel declarara la guerra a Europa, la verdad es que procuro no meterme en demasiados líos. Ahí fuera, pienso, opino, respeto lo que opinan otros y debato cuando el debate es posible, y si no, lo dejo para mejor momento. Aquí dentro, lo mismo, de forma que si alguien no me gusta, por regla general hablo poco o nada de él, por evitar refriegas y por ahorrarme disgustos, ya que las subjetividades siempre las carga el diablo, las mías las primeras.

Maldonado es uno de estos pilotos a los que suelo hacer sorpasso. Aunque le reconozco bravura, el venezolano no me gusta y me parece bastante tosco al volante, y en cierta medida, falto de algunos hervores (éste es su segundo año en F1). Con el Williams del año pasado no había mucho problema, pero con el FW34 la cosa ha cambiado. Ahora Pastor tiene un pepino y quiere sacar la cabeza, tanto es así que ganó en Barcelona, pero como no deja de ser rudo ni de estar poco hecho, pues pasa lo que pasa.

Siendo honesto tengo que decir que tampoco me parece que le pase algo que no les ha pasado a otros. Bruno Senna, recién montado en Lotus Renault y creyéndose el rey del mambo, la lió parda en Spa 2011, llevándose puestos a Jaime y sus aspiraciones. Vitaly da miedo, pero quien se pasó tres pueblos con Button en Spa también, aunque fuese en 2010, fue Vettel... Vamos, que lo de arruinar carreras a lo bobo forma parte de la nómina.

Podría recalar en la fea actuación de Rosberg sobre Hamilton y Alonso en Bahrein, y también tirar de viejos recuerdos para dar con Ralf Schumacher y sus maneras, aunque no haría falta ir tan lejos porque todavía tenemos a su hermano mayor y las suyas en los circuitos.

Pero con Pastor parece que pasa algo diferente que le ha hecho convertirse en diana de boinazos a diestra y siniestra en algunos foros de debate. Sí, está lo del bueno de Hugo Chávez por ahí detrás, pero entre eso o dedicar un casco al Chespirito como ha hecho Sergio Pérez, sinceramente no sé qué es peor...

En fin. Volviendo al principio y como decía, lo que me interesa de los pilotos es cómo conducen y se desenvuelven en las carreras, lo otro, sus filias y sus fobias, con quién se acuestan o con quién se levantan, en la cama o en lo político o cuando ven la televisión, sencillamente me importa un pimiento y procuro que no me interfiera lo más mínimo.

Dicho lo cual, me reitero en que Pastor necesita tiempo, como media parrilla, y que si hay que medirlo, lo menos oportuno, me parece, es hacerlo sobre sus evoluciones en el pasado en vez de con lo que hace en el presente.

¿Es durete tirando a guarrillo en determinados momentos? Sí, sin duda, pero eso no puede empañar que como piloto ha mejorado y sigue haciéndolo desde que está en El Circo. ¿Habría que echarlo por lo del otro día? Pues hombre, yo diría que no, que con una colleja como la que recibió ya es bastante, y si reincide, pues ya veríamos. ¿Tener ideas políticas, o pelas sucias detrás, es su mayor delito? Que levante la mano quien en F1 no tenga de lo uno o de lo otro...

Resulta obvio que en esta película a Pastor le ha tocado hacer de indio malo, pero eso siempre es mejor que aplicar aquello de que el único indio bueno es el que está muerto, en este caso, léase fuera del cotarro. Y es que a lo peor podría ocurrir que en todo este asunto, los que estuvieran enseñando la pluma fuesen precisamente los que le juzgan.

Os leo.

3 comentarios:

GRING dijo...

Cada piloto (como cualquier persona en cualquier ámbito) tiene su ritmo de adaptación al medio y de mejora buscando su techo de aptitud.Pero juzgar a un piloto por la "primera impresión" (léase 1 o 2 temporadas) sin atender a su evolución me parece muy propio de estos tiempos de vértigo absoluto y de,al parecer para mucha gente,necesidad vital de cambio constante de diana hacia la que apuntar y disparar. No se puede juzgar el desempeño de Pastor, de Bruno o de Romain, por ejemplo, con las mismas premisas que debemos utilizar para el de Felipe, Fernando,Kimi o Michael. Sobre lo de las personas y sus circunstancias ¿qué va a decir Pastor de quien le está facilitando realizar el sueño de su vida?,¿es criticable en su situación?.Jose: Totalmente de acuerdo en todo. Saludos

Felipe Reyes dijo...

Siempre buscando el solomillo :D. Maldonado tampoco me gusta, pero coincido con vosotros en que hay que darle tiempo. Muy buena entrada, Jose.

Saludos.-

Jose Tellaetxe Isusi [Orroe] dijo...

Buenos días.

Gring ;) Ahí estamos, la coño velocidad que llevamos como sociedad :P

Felipe ;) A lo mejor acabamos babeando co él dentro de unos años, pero lo dicho, de momento me parece que le queda mucho por decir y hacer sobre la pista ;)

Un abrazote

Jose