Correr en Mónaco tiene mucho de 7 de julio pamplonica (disculpadme la
foto, pero es que tengo tarde de tomarme todo un poco a chufla). Decía
que con tanto guardarraíl y tanta acera, con tanto muro y tanta
protección, los monoplazas se pueden dejar en Monte-Carlo alguna
pegatina que otra en el lugar más inesperado, porque a poco que los
pilotos pierdan algo de concentración o apuren demasiado una frenada o
un giro de volante, al igual que les pasa a los mozos en la curva de
Estafeta, ya se pueden encomendar a lo más alto porque en estas cosas no
suele caber ninguna vuelta atrás.
Mónaco es así, estrechito y ratonero. Con él no se juega. Todo lo que tiene de envoltorio magnífico (el glamour, la belleza arquitectónica, el glamour de nuevo, el puerto y los aficionados, el glamour
otra vez…), lo tiene de jodido, de manera que hay que jugársela a salir
lo más delante posible desde el mismo sábado, al estilo de los que
hacen noche a las puertas de Harrods para asaltarlo el primer día de
rebajas, porque de otra forma, el asunto de adelantar se pone muy cuesta
arriba salvo que medie una muy inteligente estrategia que
permita ganar terreno en vez de llevar al piloto a naufragar en mitad
del inevitable tráfico. De manera que alcanzar la pole adquiere una importancia inusitada en El Principado.
Tampoco es que esté todo dicho con ella en la mano, pero vale su peso
en oro, porque una vez iniciada la prueba, debido a que el trazado es
muy corto (no llega a los 4 kilómetros), en un pispás se pone
uno a divisar el culo de los coches rivales. Además, están las curvas,
cada una de ellas un mundo diferente, una exigencia nueva, un compromiso
y un reto que pueden convertirse en un calvario como lleves detrás a un
tipo que ni te suelta ni muestra intención de hacerlo. Y así durante 78
vueltas infernales incluso para los que van cómodos.
Este año, por si fuera poco, media el asunto de unos neumáticos que
se vienen abajo con la mirada en cuanto han alcanzado su límite de
duración.
Se prevé una media de tres o cuatro pasos por garajes, lo que nos
pone en que las escuderías tendrán que arriesgarse a que alguien meta la
pata en al menos tres o cuatro ocasiones, en una zona en la que para
colmo no cabe ni una sardina más. Y luego a cruzar los dedos, porque
también son tres o cuatro momentos clave en los cuales los ingenieros de
pista acostumbran a rezar para que todo vaya como está previsto y sus
pilotos no acaben saliendo detrás de un manso…
Sí, Mónaco es ciertamente especial, un oasis de complicación extra en
un desierto en cierto modo acostumbrado a las facilidades estratégicas,
donde sumar dos y dos no tiene por qué dar cuatro como resultado, donde
está cantado que salga un Safety Car, o dos, o los que hagan
falta, donde por caber cabe incluso la posibilidad de que ondee la
bandera roja, donde habrá algún accidente, donde hay lugar también para
una lluvia que viene visitando esta semana El Principado con una
regularidad pasmosa, y que como haga acto de presencia puede tocar a la
carrera con su varita mágica, dando al traste con las estimaciones, con
la calificación y con lo que se le ponga por delante, ya que
Monte-Carlo, con el piso húmedo, deja a un lado todo su glamour para convertirse en una fiera tan impredecible como indomable.
Pero esto es Mónaco y mañana comienza el encierro, y un puñado de
hombres sobre sus respectivas máquinas tratarán por todos los medios de
inscribir su nombre en la única prueba que jamás olvida a sus héroes.
2 comentarios:
Debo decir que puedes ser más que premonitorio. Veo toros corriendo detrás del pañuelo rojo en Montecarlo. Enhorabuena, tu optimismo comienza a obtener resultados.
Por otra parte... es una moto lo que va delante de los toros? Pero de dónde sacas esas fotos?
Y finalmente, veo que sales de la oscuridad del diseño anterior para darle un toque más... Ludotecnia, no? Me gusta.
Me encanta Mónaco, me ha gustado mucho tu entrada de hoy y me huelo que mañana,más que nunca, acabar indemne en este circuito con estas gomas que no perdonan el más mínimo error será realmente una "misión imposible". Diversión de lo lindo en grandes dosis. Buen fin de semana.(otra vez más, los leones no pudieron con un miura brutal en los primeros 45. Mis felicitaciones de nuevo al subcampeón, que tiene una base humana bestial para el futuro).
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