¿Cruzamos lo dedos?

Indiscutiblemente habría sido mejor si Fernando hubiera conseguido la pole, o si hubiese logrado el tercer puesto en la parrilla de Corea detrás de los dos McLaren, pero Dios sigue jugando a los dados y ha querido que nuestro compatriota haya quedado justito detrás de esos dos vendavales austriacos que alardean de librea azul ultramarina.

Mal que queramos el silencio se nos ha hecho noche a los seguidores del único tipo que hoy por hoy produce auténticas sensaciones, el que precisamente sale tercero mañana porque el séptimo de caballería de Woking se ha desinflado. ¿O no?

Voy de ángel pardo, ceniciento y caído, lamiendo precipicios. Fernando era hoy el mejor pero ha ocurrido algo que no me importa, ni sé, ni quiero saber, y se han metido delante los coño Red Bull, como han hecho en un montón de pruebas sin que al final haya llegado la sangre al río.

Vettel, primero. Sí, a ver si hablo de él el próximo martes.

Webber, segundo. ¡Ay, Mark. Cómo te han hecho la cama!

Fernando sale por la parte buena vaya la cosa en seco o en mojado, y consciente de que McLaren se enfrenta a su propia reválida. ¿Cruzamos lo dedos? ¡Venga, los cruzamos!

A pesar de que tengo la bola de cristal menos nítida que la de Alaska, intuyo que el Nano quería ganar la carrera coreana alcanzando la pole y volando luego, en plan torero, torerazo de los de salir por la puerta grande, por ver si limaba distancias con el australiano y se depegaba de su compañero alemán; pero visto lo visto, sospecho que a estas horas estará pensando en ganarla saliendo tercero y en solitario, sin ayuda, vamos, pues Hamilton y Button siguen jugando a lo que dice Dennis, y Felipe está más perdido que un pulpo en un garaje olvidado en el culo del mundo.

¿Cruzamos lo dedos? ¡Venga, los cruzamos de nuevo!

Es sábado y mañana se juega la revancha, cualquier revancha, una revancha cualquiera, porque como antes de la calificación, todavía sigue sin haber nada perdido.

Lucio (¡a ver si te cuidas!) suele decirme que por mi optimisto y fe en Fernando debería estar integrado en la plantilla de Ferrari (¡no caerá esa breva!), y yo le contesto que quien atesora o tiene siempre demuestra. ¿Quién nos dice que mañana por la mañana el Nano no hace una salida como las que hacía cuando conducía en Renault? ¿Quién afirma que no es capaz de machacar a Vettel como hiciera con Michael Schumacher en la 130 R de Suzuka? ¿Quién asegura que no firma una carrera bajo la lluvia como la que celebró en Hungría 2003?

Es lo que tiene ser bicampeón del mundo y el mejor piloto en activo de la parrilla: que nadie puede apostar un duro a seguro cuando hay posibilidades en el horizonte inmediato.

Habría sido mejor si Fernando hubiera conseguido la pole, ¡nos ha jodido!, pero Dios sigue jugando a los dados y ha querido que el asturiano se tenga que buscar de nuevo la vida.

¿Cruzamos lo dedos? ¡Venga, los cruzamos hasta que nos cansemos!