La inocencia perdida [Turquía]

No había demasiadas buenas caras en el podio de Turquía. A pesar del risueño semblante mostrado por Jenson Button, ni Lewis Hamilton ni Mark Webber estaban como para tirar cohetes, y si la razón del australiano estribaba en el encontronazo con Sebastian Vettel que ha hecho a Red Bull perder el tercer doblete de la temporada (a él, en particular, un triunfo muy trabajado y sin duda merecido), la cara del campeón del mundo de 2008 delataba un no sé qué que seguro ha tenido que ver con la forma en que le ha tratado sobre la pista su compañero de equipo, con un tú a tú demoledor que preludia muchas dificultades en el camino, tal vez demasiadas.

Por todo ello podríamos afirmar que hoy, sobre el asfalto de Istambul Park, todo el mundo ha perdido su inocencia, y que el peor parado ha sido Vettel, quien en un gesto infantil con el que acusaba a Webber de haber perdido la cabeza, sintetizaba todo lo que le queda por aprender y lo minúsculos que resultamos todos frente al universo cuando las cosas no salen como queremos.

Puesto que ayer noche apostaba aquí mismo por Lewis Hamilton para vengar a nuestro asturiano en tierras turcas, debería estar contento, pero no lo estoy porque el británico ha ganado al más puro estilo Fernando Alonso, ya sabéis, aprovechándose de lo que la diosa Fortuna ponía en su camino —circunstancia que como sabemos, no vale un pimiento según la peculiar gramática de los antialonsistas—, y habiendo cometido un asalto fratricida sobre Button que podría haber devuelto la victoria a Webber en aplicación de una justicia poética que todos habríamos entendido, of course!, pero que por suerte se ha quedado en nada, aunque nos ha regalado uno de los momentos estelares de la jornada, con dos campeones del mundo arremangados, que durante unos kilómetros no han querido entender de colores para saltar al barro y ofrecernos unas bonitas lecciones de arrojo y conducción, hasta que las órdenes de equipo que no existen, pero que están y se notan, nos han dejado con la miel en los labios y la incógnita de quién habría batido a quién si ambos MP4/25 hubiesen dispuesto de suficiente gasolina como para terminar la carrera a bofetadas (en McLaren hoy han andado muy sutiles a la vez que pragmáticos).

Detrás, muy detrás para ser exactos, el Nano luchaba con el fondo plano de su F10, naufragando estrepitosamente en las rectas y sufriendo el impacto de la desactivación del F-Duct sobre su alerón trasero a la entrada de las curvas, cuestión que originaba unos trallazos en el monoplaza italiano que ponían los pelos de punta. No obstante, pasito a pasito se desembarazaba de Kamui a su paso por los garajes, y del correoso Vitaly en una acción que ya se está tildando por ahí de excesiva, otra vez of course! Massa hacía lo propio pero sin conseguir superar a Robert, que a su vez no inquietaba a Nico, quien respetaba a Michael…

Pedro por fin terminaba una carrera, pero reconocía ante el micrófono que a él también le habían dicho que le quedaba poca gasolina (o algo parecido) cuando se ha encontrado con ganas y fuerzas como para hincarle el diente a Kobayashi en las últimas vueltas, por aquello de arrebatarle el puntito que otorga el reglamento a los que llegan décimos. Jaime quedaba justito detrás, habiendo realizado otra soberbia carrera. Y no podemos pedirnos perdices para cenar porque Hispania por desgracia no certificaba la que podría haber sido una hermosa jornada para el deporte español de élite, que si no…