Es tan grande el nivel de sobreexposición diaria a tonterías de todo pelo y condición, que he solicitado asilo político en el pasado...
No temáis, al menos de momento. Hasta que me den los papeles, Nürbu seguirá destilando irreverencia mientras destripa la actualidad y da por ahí mismo a todos los que afirman que vivimos una realidad deportiva insuperable, básicamente porque ni tienen pasado ni memoria ni perro que les ladre. Eso sí, ya voy avisando que releo libros leídos hace mucho o devoro nuevos volúmenes que me hablan de un ayer que no ha de volver, por puro masoquismo, lo admito; o visito, con añoranza, viejas revistas para recortar de nuevo aquellas fotografías que recortaba en mi niñez.
Esto del transfuguismo es una actividad que no había practicado hasta ahora. Bueno, sí, públicamente he viajado al pretérito de nuestra actividad, aunque siempre ha sido en plan guiri, con camisa hawaiana, pantalones cortos y todo eso: calcetines blancos con sandalias marrones, visera del Wallmart, Ray-Ban, cámara de fotos además del smartphone, el palo para selfies y toneladas de crema solar. En la intimidad ha sido otra cosa, he huido de la realidad como el que más, pero con ropa cómoda para mis ratos en la mecedora, el Jack Daniels y la pipa, música suave de fondo y todo el pasado por delante.
En la actualidad me tira más la mecedora que seguir al guía turístico; al fin y al cabo, una vez has seguido a uno los has seguido a todos y la cosa acaba aburriendo, amén de resultar fatigosa para la poca atención que me queda. De aquí que haya decidido regularizar mi situación para hacerme tránsfuga del presente más pronto que tarde, y evitar así, la dañina sobreexposición a contenidos incalificables que supuestamente tienen que ver con nuestro deporte.
No creo que tenga tanta suerte como para que me libre de la séptima temporada de Drive to Survive, pero al menos lo habré intentado, que ya decía mi abuela que intentarlo es el primer paso para lograrlo.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario