viernes, 26 de julio de 2019

La coño red del pajarito


Aterricé tarde en redes sociales aunque a tiempo para disfrutarlas cuando allí dentro de podía hablar de todo sin encontrarte con un dolido flanderiano al que habías hecho daño con una impureza recóndita de un comentario que no iba a ninguna parte, como todo lo que sucede por aquellos lares, sea dicho de paso.

Si ya es complicado mantener la salud mental en Nürbu, donde cualquier gilipollas da valor y te monta una homilía en base a tres menciones a un señor, alojadas en un texto que trata de encajar la historia reciente de Honda en el contexto de las hazañas de Mercedes AMG, imaginaros lo que ocurre en un ámbito como Twitter donde todo, todo todito todo, es susceptible de ser cogido como los rábanos: por las hojas...

La cosa empezó a irse de baretas en cuanto aparecieron por la red del pajarito los que no saben ir por la vida si aparentar ser serios y que se note, sobre todo que se note. Luego llegaron los que creyeron que la red del pajarito servía para encontrar trabajo en vez de para echar el rato o charlar con los amigos, y al final, han llegado los que sienten una apremiante necesidad de explicarte cómo de profundamente equivocado estás en cualquier cosa que se te ocurra decir o plantear, eso sí, en la red del pajarito.

Los primeros confluyeron con los segundos y los terceros y al cabo ya tenemos pajaritos de primera y pajaritos de segunda y de tercera, y, lógicamente, Twitter ha empezado a dar por ese sitio del que se dice que es donde amargan los pepinos, ya que la supuesta red social se ha ido quedando en un lugar donde te sacuden a la mínima y donde lo más adecuado es refugiarse en los mensajes privados o en los grupos... Vamos, que tampoco había que enredarse tanto porque con el Whatsapp o el Telegram ya hay más que de sobra si no eres un habitual del siempre fabuloso llamar por teléfono o echarte unas risas alrededor de un café o una cervecita.

Es un hecho que como civilización nos estamos yendo al cagarrón. Convertimos cualquier cosa sencilla en otra infinitamente más compleja en la que nos acabamos ahogando. Se forman bandos, molestas incluso dando los buenos días, la cosa es estar jodido a todas horas.

Pero a lo que vamos. Después de mis últimas pellas me he encontrado con un Twitter que ha mejorado su algoritmo y ahora me sugiere en qué conversaciones debo intervenir y con quién me puede apetecer charlar, mientras, pierdo contacto con los que realmente quiero tener cerca y me contesta gente que no conozco de nada...

Empiezo a estar un poco hasta las pelotas del asunto de marras y de la coño red del pajarito, y puesto que tengo un blog me apetecía compartirlo con vosotros.

Os leo.

2 comentarios:

Davispace dijo...

Y olé.

Algo bueno si que tienen en lo que a mi respecta; ver todo eso que has descrito me ha dado fuerza para poder explicar porqué si o no de determinadas noticias. También identificar de dónde y cómo vienen de manipuladas y encontrar los intereses patrios, indigenistas, locales, furgoleros, económicos, etc. que llevan a algunos a defenderlos.
Luego, y seguimos hablando de 'feuno', están los ñus, tan majos ellos que disfrazan su intelecto de gracejo. Siempre son unas risas verles querer sacudir si sigues a algun piloto cuando ellos van disfrazado de no sé qué escudería.

Pues eso, que aquí hemos venido a pasar el rato.
Disfrute usted que bien ganado lo tiene.

D.

pocascanas dijo...

Y de como un simple blog resulta ser un tibio rayo de luz entre tanta tiniebla...

Saludos al Señor Bloguero y a toda la concurrencia, desde el Coño Sur