miércoles, 8 de mayo de 2019

Órdenes. Sí, no, o todo lo contrario [15-04-2019]


Por la razón que sea —tengo alguna idea y algún día de estos la desarrollaré un poquito más—, Ferrari se ha convertido este inicio de temporada en sinónimo de «órdenes de equipo» para la prensa especialista, y aprovechando que dejábamos atrás el Gran Premio de China escribí este texto para mi espacio en TercerEquipo que, pienso, a lo peor sigue teniendo vigencia después del de España que celebramos este próximo fin de semana. Pasen, lean y disfruten.


Las órdenes de equipo sufrieron un (aparente) duro varapalo en el Gran Premio de Austria de 2002, cuando Jean Todt, por entonces jefe deportivo de Ferrari, ordenó a Rubens Barrichello que cediese su posición de líder a Michael Schumacher y el brasileño tensó la cuerda hasta el punto de casi frenar para cumplir lo encomendado con la línea de meta a la vista…

Lo cierto es que hubo más. Todt se extralimitó en sus funciones llegando a amenazar por radio a su piloto paulista y, para redondear la faena, el propio Kaiser afeó públicamente la decisión de su equipo cediendo a Barrichello el primer cajón del podio.

Razón no le faltaba al alemán, ya que la decisión suponía un absoluto despropósito. A la salida de la prueba anterior, el Gran Premio de España, el de Kerpen iba primero en la tabla general de Pilotos con un saldo de 44 puntos mientras su compañero sólo había conseguido acumular 6 y era a su vez sexto, detrás de Juancho Montoya, Ralf Schumacher, David Coulthard y Jenson Button, respectivamente. Por si faltaba algún ingrediente más, el F2002, estrenado en el Gran Premio de Brasil —las dos citas iniciales del calendario se disputaron con el F2001 de 2001—, era una máquina tan poderosa y fiable que carecía de rival.

En definitiva: lo de Todt supuso un ataque de soberbia como un campanario de grande y la FIA consideró su actitud en Spielberg como lesiva para la imagen deportiva de la Fórmula 1, empuró con una multa de 1.000.000 de dólares a Maranello y las prohibió oficialmente aunque, imagino, lo hizo con la boca chica en vez de la grande, de cara a la galería, vamos, porque no hay equipo que se gobierne sin órdenes.

Las benditas órdenes existían antes de Austria 2002, existieron después, hasta que tras el Gran Premio de Alemania 2010 se levantó la prohibición porque era una supina tontería ya que se habían continuado dando instrucciones a los conductores incluso con mensajes cifrados o en idiomas extraños —¿sabíais que el reglamento establece que el inglés es el único idioma válido para las comunicaciones por radio entre ingeniero y piloto?—, y por supuesto seguirán existiendo mientras la Fórmula 1 sea un deporte de equipo.

En nuestra disciplina no se puede competir sin órdenes y esto hay que tenerlo bien claro antes de meterse a valorar si éstas son adecuadas o no, que es otra cosa bien distinta.

Pero a lo que vamos. La Scuderia lleva abusando de las órdenes de equipo en este inicio de temporada y lo reprochable del asunto no es que existan órdenes que siempre beneficien a uno de sus hombres, sino que acaban siendo contraproducentes o empañan las posibilidades de Maranello. Ayer mismo, a Charles Leclerc se le ordenaba ceder posición a Sebastian Vettel pero el alemán no fue capaz de alcanzar a Valtteri Bottas y la situación fue aprovechada por Max Verstappen para meter su monoplaza entre los de la rossa y arrebatar una cuarta plaza que se daba por segura desde la misma salida.

Tal vez deberíamos estar hablando de órdenes inteligentes u órdenes idiotas, porque ya digo que haberlas haylas, como las meigas, y que son imprescindibles, además…

Sin duda fue estúpido lo que hizo Todt con Barrichello, por seguir con el ejemplo del principio, pero desde mi humilde opinión, os diré que Mattia Binotto no le va a la zaga en falta de oportunidad. Las cosas deben quedar meridianamente claras antes de que dé inicio la prueba precisamente para evitarse el mal trago de dar órdenes que cantan más que la Callas en La Traviata, y el caso es que hay que decir que Ferrari ni hace los deberes antes de la carrera, ni pone en situación a sus pilotos, ni les ofrece planes B, ni mucho menos sabe aplicar órdenes sin que lesionen a sus conductores y sus intereses, o lisa y llanamente, duelan a los aficionados que disfrutamos del espectáculo.

Os leo.

2 comentarios:

pocascanas dijo...

Recuerdo una orden de equipo, con cartelito desde el muro de Williams:

JON
REU

que mi compatriota desobedeció.

Recién empezaba la tempoarada, pero Sir Frank no se lo perdonó, y el Lole perdió en campeonato en la última carrera, no frente a su compañero Jones sino frente a Piquet, con Brabham.

O sea, perdieron todos...

anonimo dijo...

Hubo alguna época en la que se podía compartir coche. Fangio contaba que un GP su coche le falló y le ordenaron a su coequiper a cederle el suyo, y éste lo ignoró. Luego Collins al ver la situación paró por su cuenta "Maestro: Yo todavía soy joven y tengo muchos años para lograr el campeonato". Fangio siempre se lo reconoció, y Collins finalmente nunca fué campeón.
Desde allí al "multi 21" pasaron algunos añitos, pero las escuadras siguen siendo trabajo de equipo, donde además hay mucha "pasta" de por medio.