viernes, 3 de mayo de 2019

No jodamos


Llevo un seguimiento de las 6 Horas de Spa-Francorchamps que da un poquito de vergüenza ajena: en total creo que he visto como una media hora de recortes y eso que esta tarde ha sido la clasificación. Oh, wait!

La afotico de entradilla tampoco se corresponde con la prueba belga, pero pienso que no importa demasiado ya que esta tarde quería hablar sobre esa sensación de que hay pacto en Toyota —entre sus tripulaciones, vamos—, y me da que si en Fórmula 1 este tipo de comportamientos pueden suponer un clásico, en Resistencia la cosa se complica bastante, ya que incluso en carreras al stint como la que espero disfrutar mañana (¡ole, ole y ole!), primero hay que acabarlas, que decía aquél.

Lo hemos comentado otras veces, pero ahí va de nuevo: si el campeonato estuviera por la labor de ser tan ligth como pretenden algunos sectores de nuestra más apasionada afición, nos habríamos ahorrado la descalificación de Silverstone, por ejemplo, o, en China, se habría seguido la misma pauta que entrevén los perversos rompedramas...

No es el caso. En Gran Bretaña la organización descalificó a ambos Toyota y en Shanghai fue la japonesa la que se lió y perjudicó considerablemente la estrategia del vehículo número 8. 

Es obvio que podemos no dar crédito a todo esto y pensar que estas cosas han sucedido para poner salsilla en un WEC cojo, pero el principio de la navaja de Ockham nos advierte de que, a veces, la respuesta más simple suele tener la mayor cantidad de papeletas para ser la correcta.

El caso es que Toyota ha afirmado reiteradamente que sus dos coches compiten en igualdad de condiciones —pidió públicamente perdón al dorsal número 8 en China por haberla cagado—, ninguno de los seis tripulantes se ha quejado de trato de favor al oponente, y eso que ya llevamos consumidas seis citas; está por ahí la EoT (Equivalence of Technology) que siempre tira para lo que no son LMP1 híbridos; y la citada descalificación en Silverstone, y a lo peor todo es tan sencillo como que la nipona dice la verdad, ha aceptado unas normas de juego que la perjudican pero asume porque se siente legitimada y con fuerzas para superar cualquier escollo, etcétera, etcétera, etcétera, y el problema lo tienen los que se empeñan en desprestigiar una competición en la que interviene un tal Fernando Alonso, lisa y llanamente porque está él y le tienen una ojeriza que te quiquis...

Os lo tengo dicho aunque últimamente no sé si lo he repetido lo suficiente: las historias son malas o buenas, y las conspiraciones otro tanto, y en este caso en concreto, la narración alternativa es mala de cojones, y perdonadme el exabrupto.

Hay que terminar las 6 Horas de Spa-Francorchamps y ver si la FIA no se pone tonta o tiquismiquera, y luego están las 24 Horas de Le Mans, que también hay que concluirlas con el placem federativo. En términos de Fórmula 1 son dos pruebas y puede haber pacto previo, pero hablando de Resistencia, mañana tenemos casi cuatro Grandes Premios consecutivos y los próximos 15 y 16 de junio, nos meteremos entre pecho y espalda dieciséis. En total, la broma suma en tiempo unas veinte citas de las nuestras, prácticamente un calendario completo de F1... ¿Puede haber pactos previos en un espacio competitivo tan amplio...?

Sí, podría haberlos si la cosa fuese tan sencilla como la leen los que saben de la letra pequeña de los contratos pero jamás dan pistas porque tal vez les pasa como al futbolista Joaquín, que no había visto una raqueta en su vida, ¡Hulio...! Cagar o mear sobre un hecho concreto —volved a disculparme, me sale el Cela que llevo dentro— no tiene mayor mérito, mucho menos en redes sociales. Lo jodido es hacerlo bien, creíble, y aquí salta de nuevo, y por los aires, el planteamiento apriorístico, ya que la tripulación del 7 se ha cascado la pole en Spa-Francorchamps con Kamui y Mike al volante, y con ésta son al menos tres: descalificación en las 6 Horas de Silverstone; metedura de pata en las 6 Horas de Shanghai; primer puesto en parrilla para la supuesta opción B de Toyota. Haceros cuenta...

No pretendo alarmaros, pero a lo peor lo que está ocurriendo es lo que sucede, y lo que pasa es que estáis dando un crédito desmedido al aitite de Pagafantas y sus cuentos que no traga ni un crío de cinco años. El WEC sigue vivo, y a tenor de lo leído, López, Kobayashi y Conway, han puesto esta tarde el primer jalón para seguir vivos en el campeonato y optar en La Sarthe a rubricarlo con éxito. El resto, y perdonadme el colofón, son gilipolleces propias de marrulleros. Siembran dudas, recogen tempestades y se crecen tomando el pelo al personal. ¿Pacto?, bien, pero fíalo a casi lo que dura un campeonato de Fórmula 1 y nos vemos al final. ¡A las birras invito yo!

Os leo.

2 comentarios:

Antonio L. dijo...

Un monumento debería hacerles la FIA a Toyota y Fernándo Alonso por poner la salsa que sin ellos le hubiera faltado al campeonato mundial de resistencia.

Ya veremos lo que dicen y escriben "los plumillas" cuando alguno de sus adorados héroes automovilísticos intenten lo que está haciendo el Genio. Y de paso como encumbrarán a la marca que los acoja.

Cuanto hipocresía y envidia hay en este mundo, solo porque un chico de Oviedo, español para más señas está intentado conseguir un reto que hasta la fecha solo uno la ha conseguido. Estoy seguro que por el camino que lleva, este desafío (cualquier piloto que quiera a partir de ahora ser una leyenda tendrá que aceptar el reto) se agrandará porque va a conseguir más metas de las que en un principio se había planteado.

Un saludo de un alonsista.

Anónimo dijo...

Buenos dias, no hay subestimar el poder del principio del "sable laser de Ockham" que dice: que le den a la explicación más sencilla, y que, en este caso, la explicación más conspiranoica es la correcta. Que surge de la ley de: no hay que dejar que la verdad te fastidie un buen titular.
Un saludo de un padawan.