P'habernos matao...

Cada día me interesa más el género humano. Hoy por ejemplo, cuando la normalidad ha vuelto a reinar en la Fórmula 1, el deporte se ha volcado en la ocurrencia que ha tenido Fernando al decir por radio que parecía que corría con un GP2.

El Gran Premio de Japón se prometía malo de cojones para Woking. Del primero al último integrante del equipo, si no lo había dicho abiertamente, lo había insinuado o se lo había comentado a su parienta o a los amigos más íntimos. Pero la prensa halconera y los eternos aspirantes a rapaces, se ve que no se habían dado por aludidos. 

Y no me refiero sólo a los especímenes de nuestro ecosistema específico, cuyo comportamiento frente al noble arte de informar daría para rellenar varios tomos de la enciclopedia Espasa, sino también a los otros, a los de afuera, a esos de cuyas líneas y pensamientos, entresacamos la verdad con que desayunamos, almorzamos o cenamos.

Nadie había entendido que los coches números 22 y 14 iban a continuar sin ofrecernos una miserable alegría, y claro está, a falta de noticias reseñables —como que todo el mundo coincide en que las Pirelli son maravillosas, en que el aumento de presión y cambio de camber es lo más natural del mundo y más aún si se informa a los equipos de las variaciones con un día de antelación al comienzo del Gran Premio—, choca lo suyo que la escudería que ocupa el puesto 10 en la tabla de marcas, siga comportándose como el décimo equipo en la tabla de constructores sobre un circuito, donde se ponen siempre a prueba la aerodinámica, la tracción y la potencia.

Pedro lo decía en el previo de Antena3: las presiones altas perjudican a Mercedes, hay que estar atentos a cómo gestiona Brackley la situación, pero en vez de que sea noticia que Hamilton y Rosberg hayan sacado notable o sobresaliente en sus respectivos desempeños, hablamos del parecido del MP4/30 con un GP2 y de lo inoportuno que le ha quedado al asturiano decirlo.

Que la FOM apenas se haya fijado en las estrellas de plata, ni ayer durante la calificación ni hoy, o que en Monza pasara olímpicamente del culo de Lewis para casi vender que quien había ganado el Gran Premio italiano era Vettel, no es reseñable, como tampoco lo es que teniendo cientos de bytes de conversaciones por radio, la gente de Bernie haya visto conveniente sacar lo del GP2 pronunciado por un piloto que daba el fin de semana por perdido.

El mundo se vuelve a dividir entre los que se lo han pasado chupi lerendi con el truño de carrera y entre los revientafelicidades que machaconamente insisten, yo entre ellos, en que habría sido mejor madrugar para ver un par de capítulos de El Show de Benny Hill que soportar el castañón de prueba que ya he mencionado. Pero como decía al comienzo, cada día me interesa más el género humano y cómo encuentra sandalias con las que entretenerse y a las que elevar una o dos misas.

Y es que sí, ha estado mal decir que el MP4/30 en Suzuka iba como un GP2, lo bueno, lo inteligente y lo ajustado a la etiqueta, habría sido afirmar: P'habernos matao señores, p'habernos matao...

Os leo.