lunes, 7 de octubre de 2013

Ingenuidad y fanatismo


Esto es un sinvivir. Te descuidas y los vettelistas te llaman fanático a poco que te muevas, o argumentan que el cambio de Bridgestone a Pirelli se debió a las quejas de los alonsistas (sic), cuando es público y notorio que si tuviéramos tanto poder como se nos arroga, Sebastian no habría levantado el vuelo por segunda vez ni estaría a punto de amargarnos la cena por cuarta ocasión consecutiva.

Admito que puede resultar chocante para algunos que otros, yo en este caso, admitamos sin rubor que Fernando Alonso es un tipo que merecía algo más que lo que ha rebañado desde que Ron Dennis se cruzara en su camino, y que a colación, busquemos razones para justificar tamaño despropósito, porque haberlas, haylas, como las meigas, si entendemos de una puñetera vez que esto de la Fórmula 1 es un deporte profesional que como todas las disciplinas similares, busca ante todo sacar dinero mientras entre bambalinas del espectáculo se mueven intereses más feos que los que obran detrás de la política.

Obviar este hecho es de ingenuos, estimados antagonistas. La Fórmula 1 es así y o la tomamos al completo, o estaremos haciendo literalmente el canelo.

Y es que lo lamento, chicos. Frases como esta: «Para mí Fernando Alonso es el más rápido de todos. Una vez te has enfrentado en algún momento a él, no debes temer a nadie más. [...] Vettel no es imbatible, lo que es imbatible es su monoplaza», no las decimos nosotros sino un tipo fuera de dudas como Lewis Hamilton, compañero del oventense en 2007. Nosotros las recogemos, y con ellas alimentamos nuestra rabia, porque, y aquí viene lo bueno, Vettel no convence del todo ni siquiera ahí fuera.

He dicho hasta la saciedad lo que opino del de Heppenheim y también me he referido a su entorno, a ese grupo de gente que lo están explotando de mala manera, que ayer lo comparaba con Senna y hoy con Fangio porque Seb se ha convertido en un maldito consumible que necesita ser comparado para resultar comprensible, en una lata más de Red Bull, que ofrece sobre todo una experiencia publicitaria basada en el uso torticero de los números y los récords.

También sabéis lo que pienso de las cifras. Hace casi un año escribí para SafetyCast #2 y expuse mi razonamiento: la F1 moderna, gracias a la seguridad, admite que se tomen unos riesgos que antes no se abordaban porque el piloto se jugaba la vida en términos incomprensibles ahora.

Huelga decir que soy de la opinión de que los récords y los números actuales me parecen mucho más asequibles que los que se rompían hace dos décadas, por ejemplo, y que por tanto, tienda a verlos en su correspondiente contexto, uno, por cierto, que no juega precisamente a favor de Sebastian, sino en su contra.

En este sentido, reconozco que la alharaca aritmética cunde entre el público y sirve de anzuelo, pero no deja de ser un recurso pubicitario, con lo que volvemos a Vettel como producto y a su entorno, como explotador del mismo, algo que no me convence ni me convencerá jamás como aficionado, y menos, siendo consciente de los intereses que se mueven alrededor de la épica artificial que rodea al piloto alemán.

Señalarlo no me convierte en un fanático, lo siento, ni siquiera en un tipo listo, sino en uno que se hace preguntas porque lleva a cuestas demasiado territorio gastado y no quiere pasar a la otra vida como un ingenuo que no se interrogó ni en el momento ni en el espacio adecuado. Por la misma razón, me gustan Fernando, Kimi o Lewis, o incluso Romain, Nico, Sergio y Jules, o Mark si nos ponemos, ya que veo en ellos la única épica posible en este escenario, la de los que muerden el polvo para que una lata vacía tirada en el suelo en el lugar adecuado, pongamos un concierto multitudinario, dé la sensación de que se ha vendido mucho más producto del que realmente se ha consumido.

Cuestión de números, sospecho, pero en todo caso, dejemos esta monserga de los fanáticos porque en unos días nos plantamos en Japón y no es cuestión de malgastar las pocas esperanzas que no nos han arruinado.

Os leo.

6 comentarios:

GRING dijo...

Y otra de "Il drake":
Nunca agaches la cabeza, mira siempre bien alto ganes o pierdas.

Cuando se compara esta F1 con la de épocas pasadas, me dan ganas de ..

Anónimo dijo...

100% de acuerdo contigo José.

Ya lo he dicho alguna vez. Necesito ver a Vettel luchar por un punto... Entonces me demostrará de que está hecho. Cuando su coche no ha dado para mucho, se ha diluido como un azucarillo...

En fin. Es lo que toca... Aguantar a los Vettelistas. Que no son más que seguidores chaqueteros del que hoy gana... Y hoy, le toca al rubio.

Y en 2014...?? Si por equivocación RB no cuenta con tanta superioridad y termina el año en blanco... Seguirán defendiendo a su Dios Alemán...??

Un saludo.

Toni Baños

Anónimo dijo...

José... Estaba pensando una cosa. Si Fernando hubiera aceptado aquella oferta y pilotara para RedBull... Estaríamos hablando de complot...?
Se habrá arrepentido el Nano de no ir con Newey...??

Yo personalmente no creo que se arrepienta de nada.

Un saludo.

Toni Baños

Tadeo dijo...

Recordamos a los Ñus??

Primero eran partidarios de Shumi, después de Ham, ahora de Vet. Cuando llegue la estación seca volverán a migrar hacia el Serengueti.

Saludos
PD: nunca entenderé el porque se quiere disfrutar con un piloto solo si se puede disfrutar con 20

Anónimo dijo...

El nano hizo bien en no ir a RedBull, su temor era que se repitiera lo que sucedió en McLaren y es lo que finalmente pasó. El hubiera sido Webber.

Interlagos dijo...

Es que no somos fanáticos, simplemente vemos lo que hay:

Un equipo formado por cuatro coches, lo cual facilita enormemente testear piezas.

Tres pilotos completamente supeditados a Vettel. ¿Se apartó el otro día Hulk pese a llevar motor Ferrari?

Una FIA que cambia las normas si es Red Bull quien lo pide. Y que cuando ha encontrado apaños extraños en los coches azules se ha limitado a decirles: "la próxima carrera ya no vale".

Un Ecclestone que no se ruboriza en irse de vacaciones con Horner o en pasar por el box de Red Bull cuando está en juego en la última carrera el título.

Un suministrador de neumáticos que ha recibido muchísimas presiones y ha accedido a ellas, pero que sólo estalla cuando la crítica viene de una parte.

Un abrazo!