Ferrari se viene arriba

La lucha por el subcampeonato de constructores (marcas) parece que va a obrar el milagro en Ferrari, ya que como circunstancia, ha sido capaz de sacar a don Luca de sus cuarteles de invierno para proclamar a los cuatro vientos que La Scuderia va a estar ahí en las cuatro carreras que faltan para que esta triste temporada concluya definitivamente.

Pasando por alto que habría sido de agradecer que Montezemolo hubiera dicho algo allá como en Canadá —entre otras cosas por aquello de habernos ahorrado el trago a los tifosi de asistir a un verano para el olvido—, ahora que todo el mundo está contento con las Pirelli (sic) y entiende que los cambios a los que ha sometido la italiana a sus compuestos no han afectado para nada a la competición (sic), cuando el río revuelto a cuenta del cual hemos desperdiciado toneladas de líneas y palabras remansa tranquilamente en las orillas de nuestro bien amado deporte, y cuando hemos podido comprobar una vez más de qué cuero está hecho El Circo, no queda otra que saludar que habiendo tirado el Mundial por el retrete, el general con sangre de cardenales llame a luchar a la de Il Cavallino por las migajas.

Asumo que entre tanto meapilismo como hay suelto pueda sonar raro que un tifoso alardee en público de que su equipo, lejos de dar la batalla por perdida la retome en tiempo de descuento, pero entendedlo, dicen que bien está lo que bien acaba y aunque esto todavía no ha terminado pues a lo peor nos barren del mapa Mercedes AMG y Lotus, a uno, a mí, concretamente, me sabe a gloria que Ferrari se posicione claramente a falta de cuatro miserables pruebas.

En este sentido tengo que decir que creo firmemente que si a Fernando se le ofrece la oportunidad de luchar hasta el último aliento, lo hará. Otra cosa es que no confíe tanto en el resto de la tropa que le acompañará en tamaña aventura. 

A ver, Domenicali nos ha dicho recientemente que no es el problema, lo que nos pone en que si todo se va a tomar por el saco, seguramente seguirá sin ser el problema, algo que sin duda reconforta lo suyo, aunque sea por despejar dudas. Y Felipe, bueno, el paulista corre para sí mismo con el beneplácito de la escudería, con lo cual es de esperar que siga haciéndolo, circunstancia que lejos de suponer una garantía me pone los pelos de punta, porque si en Sepang fue el responsable de que el Nano tomara una trayectoria demasiado abierta en la curva número 1, lo que a la postre le obligó a arriesgar a la salida de la número 2 para terminar sacrificando el alerón delantero de su F138; en Yeongam su arrojo le costó al español verse obligado a descolgarse a partir de la curva número 3; y en Suzuka... Bueno, en Corea y Japón Felipe ya corría para sí mismo, así que estas dos últimas creo honestamente que no cuentan...

Quiero decir con todo esto que sí, que me creo que Ferrari se pueda venir arriba, pero que no por ello voy a dejar de poner un par de velas a la Virgen de Covadonga mientras le rezo una oración al capo Commendatore. Y es que ya lo decía aquél: ¡Señor, líbranos de los amigos, que de los enemigos ya me encargo yo!

Os leo.