Iba a meterme a la cama pero he recordado que a los días duros hay
que darles una patada en salva sea la parte antes de conciliar el
sueño, así que al menos voy a intentarlo.
No lo es, pero hagamos como que la excusatio non petita con
la que he abierto el fuego era un simple recordatorio a Charlie
(Whiting) para que avise a Bernd de que este fin de semana seguro que
tiene trabajo en el Gilles Villeneuve, no sea que por no estar avisado
ocurra como en Mónaco, que el Safety Car tardó en salir
prácticamente cuatro vueltas completas a la ratonera de Grace Kelly, lo
que nos pone en que entre pitos y flautas, si hacemos caso a lo que nos
dijo Pirelli en Sakhir, con la porquería que había desperdigada sobre el
asfalto, habría dado tiempo suficiente como para dos parrillas y media
al completo hubiesen destrozado sus neumáticos o hubieran acabado
contra las protecciones, o que ocurriera cualquier otra cosa, peor sin
duda, porque la escapatoria de Santa Devota estaba hecha un cisco.
Estas cosas hay que prepararlas con antelación, Charlie. El Safety Car se llama así porque es un vehículo de seguridad
que tiene que estar en pista para asegurarla precisamente, y sin atender
a quién entra o sale de garajes, a quién jode o a quién beneficia con
su presencia o incluso, con independencia de si Mercedes-Benz ya tiene suficiente publicidad con su escudería oficial en pista. ¡Seguridad, Charlie, seguridad! —R.A.E. de ~. 2. loc. adj. Dicho de un mecanismo: Que asegura algún buen funcionamiento, precaviendo que este falle, se frustre o se violente—.
¿No era la Fórmula 1 algo así como un cronómetro suizo?, pues apúntatelo en
la mano si hace falta, Charlie, que luego pasa lo que pasa y los conspiranoicos vemos cosas raras cuando en vez de echando virutas, el biplaza de Maylander sale a pista en un delay incomprensible, insoportable y si me lo permites: intolerable.
Sí, ya sé que las cosas de palacio van despacio, que a pesar de que
Dirección de Carrera dispone de ciento y pico monitores, conexión
telefónica de altísima velocidad, mil y tantos artilugios, el GPS ése,
tropecientos IPhone y otras tantas IPad, no conectáis con Antena3, las
notificaciones de alerta os llegan montadas en burra, pero Felipe se la
dio al final de la recta de tribunas, casi, casi bajo vuestras narices.
Vamos, que salvo que la burra saliera de boxes e hiciera una vuelta completa con pitstop
incluido por aquello de reponer fuerzas y comer algo de alfalfa o heno,
o paja seca, que ya sabemos cómo las gastáis con el dinero, no es de
recibo que se esperara a que Sebastian tomara La Rascasse para pulsar el botoncito que pone Safety Car.
Imagina por un momento que a Vettel le da por estar otras tres
vueltas rodando, ¿qué habría sucedido entonces? Y no me cuentes
milongas, el trasto de Bernd es un Mercedes SLS no un SEAT 600, y el
alemán es bueno de narices, y no hay más que verlo: cada vez que sale no
hay quien le adelante…
En fin, llueve en Canadá, Charlie, y es previsible que lo siga
haciendo el domingo a la hora de la prueba. Recuérdalo y toma las
medidas necesarias, pero por Dios, que no se repita lo de Mónaco.
1 comentario:
Lo de Charlie y los safety car hace tiempo que es un escándalo. ¿Por qué demonios siempre favorece al mismo? Resulta de lo más curioso...
Luego se hacen interminables a rabiar. Cada vez que sale el safety tenemos 10 vueltas largas restadas al total de la carrera. ¿tan difícil es limpiar la pista y colocar los coches en su lugar con algo más de rapidez?
King Crimson
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