miércoles, 5 de junio de 2013

En casa del pobre...


Lamentablemente, salvo que te dediques a la política o te apellides Rosell, los cambios de tendencia se observan a lo largo del tiempo y no en cuanto parece que asoman las orejas, y en caso de anunciarlos siempre cabe acogerse a sagrado, no ocurra que sean tan sólo un guiño malicioso de la coño estadística.

Algo de esto le lleva ocurriendo a Williams desde hace demasiadas temporadas. Siempre parece que va a resucitar a comienzos de sesión y siempre acaba por los suelos cuando ésta termina. Unas veces ha sido por los pilotos que han conducido sus coches, otras por la motorización elegida o por el dinero que venía, incluso la de Grove ha disfrutado de un supuesto cambio de tendencia haciendo juegos malabares con el piloto, el motor y las pelas (¿os acordáis de un Senna que no era Ayrton sobre un Williams-Renault?).

Pero ni tanto así ha solucionado sus problemas. Williams lleva un derrotero gris que entristece a los que la recordamos cosechando laureles y empieza a recordar, aunque todavía de lejos, por fortuna, a las espirales funestas que sufrieron equipos como Lotus a finales de los ochenta del siglo pasado y principios de la década siguiente. Y es que la recurrencia a cambiar de motor en una escudería, suele preludiar tormenta, y en este sentido, Williams lleva demasiado tiempo apostando a ver si suena la flauta con los propulsores y por ser sincero, con todo lo demás.

Si echamos la vista atrás, desde aquella aventura con Mecachrome y Supertec (Renault apócrifos) con la que la de Sir Frank dio por zanjada su gran etapa de victorias en los circuitos (Jacques Villeneuve obtuvo el mundial de pilotos en 1997, y Williams el de constructores), la relación con BMW (2000 a 2005) ha sido la más larga que se recuerda. Posteriormente vino la breve alianza con Cosworth (2006), y más tarde con Toyota (2007 / 2009), y tras la salida de la japonesa, un nuevo matrimonio con Cosworth (2010 / 2011).

Lo de Renault (2012 / 2013) prometía lo suyo pero se ve que no ha fructificado porque Grove ha anunciado hace bien poco que para el año que viene se pide de compañera de baile a Mercedes-Benz y cabe preguntarse a ver cuánto dura el enlace, porque como vengo diciendo, el peor síntoma que muestra Williams es esa terca tendencia a cambiar de propulsores en cuanto vienen mal dadas o el dinero no llega más que para cubrir hasta el 20 de cada mes, y a partir de ahí, sólo queda limitarse a ir tirando.

Sea como fuere, Williams lleva demasiado tiempo tirando y tirando y a mí no me salen las cuentas, porque con la enorme experiencia que tiene atesorada la británica, debería haber comprendido hace mucho que a veces toca conformarse con lo que hay y calibrar bien las aspiraciones, no sea que te lleven donde no quieres a poco que te sobreestimes.

Es un consejo que nadie me ha pedido, pero pienso que una o dos temporadas siendo razonables, construyendo un proyecto solvente y luchando con los que puedes luchar y no contra quienes quieres hacerlo, darían al final la misma cantidad de dinero en el reparto del tío Bernie, pero evitarían un montón de quebraderos de cabeza, con lo que seguramente, recuperar el crédito y atraer patrocinadores, sería incluso más fácil que ahora que apenas quedan dientes porque se han ido dejando en el camino de tanto morder el polvo. Y luego, si eso, ya se va pensando en lo de cambiar de motores.

1 comentario:

J-CAR dijo...

Bueno. Ahora no se entretienen en proyectos locos como poner una Renault Espace a 312 km/h en el Paul Ricard, simplemente tratan de sobrevivir y eso da para pocas alegrías. Aunque como bien dices uno se acuerda de lo que fue y como la cabra tira al monte, sus objetivos a veces son tan poco realistas como este.
http://www.youtube.com/watch?v=QN2qsFcJBuw
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=6X1UOGw1uj8
¡Saludos al anfitrión y a los invitados!